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Son irrevocables los dones y el
llamamiento de Dios. Esto significa para los
grupos ministeriales y obreros en general,
servir a los propósitos de Dios en beneficio
de la humanidad, con Jesús como modelo de
humildad, mansedumbre de corazón, vida
ejemplar, padecimiento, sufrimiento, valor y
compasión. Muchas personas siguen su
ejemplo y el de la conducta de las personas
imitadoras de Cristo. Por ejemplo, Pablo llega
a ser un gran siervo de Dios, y de servicio a
la comunidad de fe, delega funciones en Tito,
quien a su vez delega labores en otros, como
1
un verdadero engranaje: Todos colaboran por
el buen funcionamiento ministerial, sin
egoísmos o acaparamiento de los cargos, en
cadena, cooperan para servir, honrar y
exaltar el Nombre de Dios. Es necesario para
el obrero, desarrollar paciencia, capacidad de
tolerar, ser un pacificador de corazón limpio,
con prudencia para preservar la dignidad y
el honor, porque quienes aman a Dios todas
las cosas les ayudan a bien. Todo tiene su
2
tiempo si se confía en Dios plenamente, un
ejemplo es Moisés, quien inicialmente actúa
en defensa del pueblo, pero no lo hace en el
tiempo propicio, y fue hasta cuarenta años
después, conforme con la determinación y
dirección de Dios, cuando llega en forma
oportuna ese momento (el tiempo de Dios).
3

1 Tit. 1.5.
2 Ro. 8.28.
3 Hch. 7.22 al 36.