El origen y discernimiento entre el bien y el mal, o sea, el conocimiento de diferenciar entre lo bueno y lo malo, surgen desde Adán y Eva, representado en la acción de comer de un fruto del árbol de la ciencia. La Biblia contiene una gran cantidad de símbolos, estos posibilitan diversas interpretaciones, para explicar sus significados, en el caso de Adán y Eva, representa el origen de la relación de convivencia entre individuos, su hábitat y Dios su Creador. El bien representa los valores y el mal los antivalores. El árbol de la ciencia es el medio para demostrar la obediencia al Dios verdadero o al dios falso, debido a la serpiente astuta como adversario en la adoración y servicio a Dios.
La advertencia divina propone muerte, como consecuencia de la desobediencia o el fruto del pecado, mientras que la propuesta de seguir al dios falso excluye el resultado de la muerte, según la versión de la serpiente.
Dios Creador: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2.16 al 17).
El dios falso (serpiente): “Pero la serpiente era astuta,… la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?... Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis…” (Génesis 3.1 al 5).
El ser humano, representado en Adán y Eva, mediante engaño y mentira, abandona la adoración y servicio a Dios verdadero, se presenta un supuesto razonamiento previo, para alcanzar la sabiduría, al final prevalece la duda, confusión y falsedad. Se rinde culto y sumisión a la serpiente, en oposición a la voluntad del Dios Creador:
“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles… ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén” (Romanos 1.20 al 25).
La serpiente, además de engañar al inicio al ser humano, lo hace con el resto del mundo: “… La serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero…” (Apocalipsis 12.9). Además de la mentira promueve el homicidio: “… Ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (San Juan 8.44). En relación con el sacrificio a dioses ajenos, es comparado con un sacrificio presentado a los demonios
También Caín accede a su adoración: “…El diablo peca desde el principio… En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: Todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas” (1 Juan 3.8 al 12).
La justicia es un valor comunitario, la persona adoradora y servidora al Dios Creador, es un practicante de la justicia, de lo contrario es un seguidor del dios falso y desconoce con sus actos la obediencia y voluntad de Dios. Abel por la fe ofreció a Dios más excelente sacrificio que su hermano Caín y mostró ser justo
La falta de ejercicio de los valores comunitarios, dejan vulnerable a la persona a cometer un antivalor, tal es el caso de Caín: “… Si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo…” (Génesis 4.7). Eva antes de tomar el fruto y comer del mismo, sufre un proceso de observación y deseo, su pensamiento cede ante la gran tentación: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable…” (Génesis 3.6). La epístola universal de San Judas el apóstol, menciona lo siguiente:
“¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam… De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él” (Judas 11 y 14 al 15).
Tanto Eva como su hijo Caín, deciden su propio deseo, antes de cometer el pecado, contrario al deseo o voluntad de Dios. El deseo vehemente del ser humano es su tendencia o inclinación al mal. Caín presenta una ofrenda, sin ninguna intensión de obedecer y prestar atención a su Dios Creador. El profeta Samuel en relación con la obediencia y la ofrenda a Dios, dice lo siguiente:
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado…” (1 Samuel 15.22 al 23).
La adoración y servicio a Dios implica obedecer y prestar atención a Dios. Caín más que presentar una ofrenda, pretendía recibir la alabanza y pleitesía, como vanagloria, sin honrar verdaderamente a su Creador. Dios le dice: “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?” (Génesis 4.7). Caín con el acto del homicidio de su hermano Abel, muestra los siguientes antivalores de envidia, egoísmo, mezquindad, resentimiento, rencor, furia, odio, saña e injusticia, de lo contrario hubiera mostrado los valores de amor, perdón, cariño, respeto, fidelidad, lealtad y compasión. Dios le dijo a Caín: “¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?" (Génesis 4.6).
El deseo inherente al ser humano con la tendencia al mal, se llama concupiscencia, se podría comparar en analogía y a manera de símbolo, a la serpiente astuta del huerto del Edén, con la atracción y seducción de la concupiscencia. Y según la epístola universal de Santiago nos dice: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado: Y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1.13 al 15). La consecuencia del acto de Caín es el pecado y la muerte, nuevamente los seres humanos rinden culto, adoración y servicio al dios falso, representado en la serpiente astuta y sus malos pensamientos: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” (Efesios 6.16). Los dardos de fuego del maligno, no son carne ni sangre
La epístola del apóstol San Pedro a Tito indica: “Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra” (Tito 1.15 al 16). Después de la creación, cuando se establece lo ritual dentro del culto a Dios y como rito de perdón de las ofensas cometidas, se distorsiona el culto a tal grado que Dios les menciona: “Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados” (Amós 5.21 al 22). “¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?” (Isaías 1.11 al 12).
Se ofrecía para el sacrificio el animal ciego, cojo, enfermo o hurtado, profanando el nombre de Jehová Dios y su altar, habiendo Dios dicho: “No ofrecerás en sacrificio a Jehová tu Dios, buey o cordero en el cual haya falta o alguna cosa mala, pues es abominación a Jehová tu Dios” (Deuteronomio 17.1; Levítico 22.20). Menospreciaron, deshonraron y profanaron el nombre de Dios, quien menciona lo siguiente: “… Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?... y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? Dice Jehová” (Malaquías 1.6 al 14).
Las manos de los infractores, estaban llenas de crímenes y de maldad, no aceptaban la corrección, presentaban sus ofrendas indignamente. Dios les pide: “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” (Isaías 1.16 al 17).
Dios dice lo siguiente: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos. Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí” (Oseas 6.6 al 7). El profeta Miqueas menciona: “Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6.6 al 8).
Nuevamente la palabra de Dios menciona los valores comunitarios, por ejemplo, hacer justicia y amar misericordia. La vida presenta muchos obstáculos y sufrimientos, con la finalidad de purificar y mejorar la personalidad, precisamente uno de los cambios más difíciles para el ser humano, es cambiar la personalidad, a pesar de enfrentar todas las experiencias difíciles y malos momentos, el ser humano con el transcurrir de su vida, le cuesta llegar a ser mejor persona, salvo se esfuerce en practicar los valores comunitarios. El Salmo dice: “Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51.16 al 17). El sufrimiento, las dificultades y adversidades, purifica nuestro carácter, personalidad y temperamento. Nos ayuda a ser mejores personas, individual y colectivamente.
Otra representación de la serpiente astuta como dios falso, es el mal uso de las riquezas: “Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Lucas 4.5 al 8). La serpiente conocida como serpiente antigua, diablo y Satanás
El pasaje anterior menciona el caso de los fariseos como avaros, inclusive la misma avaricia es considerada en la Biblia como una idolatría: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: Fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia” (Colosenses 3.5 al 6). La Sagrada Escritura dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12.14). Tanto la paz como la santidad, están entre los valores que llamamos comunitarios, porque son necesarios para la convivencia.
El árbol de la ciencia no estaba solo, sino junto al árbol de vida: “Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol…, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis 2.9). Esto representa un simbolismo y un significado, según la Santa Biblia: “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida…” (Apocalipsis 22.14). Esta expresión de los que lavan sus ropas, se puede asociar a la idea de vestiduras blancas, esto significa dignidad: “… Y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7.13 al 14). “… y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre…” (Apocalipsis 3. 4 al 5). La dignidad corresponde con el bien y las buenas acciones, virtudes, valores, principios y comportamiento de la persona. Según el caso de Adán y Eva, demostraron ser indignos, simbolismo a través de su desnudez o falta de las vestiduras blancas: “Y lo sacó Jehová del huerto… Echó, pues, fuera al hombre…” (Génesis 3.23 al 24). El ser humano es innato desde su creación, en dudar, cuestionar e investigar. Su capacidad natural le posibilita pensar, reflexionar y analizar, para tomar sus propias decisiones, en algunos casos llamado libre albedrío o libertad de elección.
La Biblia tiene muchos simbolismos: Árbol de la vida, libro de vida, Jesús dijo: “… Yo soy el pan de vida…” (Juan 6.35). Además: “... Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él...” (Juan 7.37 al 39). El árbol de la vida sirve para sanidad: “… Estaba el árbol de la vida,… y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones” (Apocalipsis 22.2). Jesús ofrece al vencedor comer del árbol de vida
Un árbol representa el generador del espíritu de vida, por medio del oxígeno en la atmósfera, indispensable para conservar la vida terrestre. Así, en el caso de la vida espiritual, Adán y Eva, en representación del ser humano, definen la prioridad entre el árbol de la ciencia y el árbol de la vida. La trascendencia de su elección lleva a la humanidad a desembocar trágicamente en el politeísmo, alejado de la voluntad de Dios, como consecuencia, al ser humano no se le permite disfrutar del árbol de la vida: “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre…” (Génesis 3.22 al 24).
El ser humano descarta la vida espiritual de hijo de Dios, por su infidelidad a la fe del Dios verdadero, es hijo de desobediencia e injusticia, con su idolatría posteriormente, cuando ejercen la adoración y servicio a los dioses falsos, plantan árboles en honor a la diosa Asera: “La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da. No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios…” (Deuteronomio 16.20 al 22). “Derribarás sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera. Porque no te has de inclinar a ningún otro dios” (Éxodo 34.13 al 14). La mayor rebeldía del ser humano ante Dios es similar a una egolatría, como culto y veneración así mismo. Es el propio ser humano que imagina, construye y conceptualiza a sus propios dioses falsos, en afrenta al Dios verdadero, especialmente cuando prefiere adorar al sol, antes que a Dios mismo: “Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego;… No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este día” (Deuteronomio 4.15 al 20).
Por último, en relación con la serpiente astuta como dios falso, representa la entronización del mismo ser humano, como su propio dios, ante los habitantes del mundo, donde a algunos de sus reyes, poderosos, soberanos, dinastías, emperadores, faraones, príncipes, gobernantes, principales, jerarcas, son considerados como dioses y convertidos en autoritarios, sanguinarios, crueles y violentos, asesinos y genocidas, dictadores injustos, sin piedad alguna y sin temor a Dios. Ha prevalecido en la historia de la humanidad una cultura de impunidad, en los casos donde el pueblo respalda a sus líderes como a un dios falso, han seguido el camino de la muerte, aunque signifique estar en contra de la adoración y servicio al Dios Creador. Han muerto millones de inocentes, por causa de quienes se han endiosado, soberbios, altivos y engreídos, en contra de Dios y su creación, casos de expansionismo imperial y religioso, como cruzadas, guerras y conflictos étnicos ancestrales desde el principio de los tiempos.
El libro de Génesis dice: “Y Jehová Dios dijo a la serpiente:… Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3.14 al 15). Recordemos la persecución contra los cristianos en el Imperio Romano, el libro de Apocalipsis dice: “Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13.4 al 8).
La primera epístola universal de San Pedro apóstol, menciona lo siguiente: “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios” ( 1 Pedro 1.17 al 21).
Los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová desde el principio
“Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” (2 Pedro 1.1 al 4).
Los valores comunitarios, son indispensables para la capacidad de diferenciar o discernir entre el bien y el mal. Ya desde antaño, por medio de Dios se establecía ciertas diferencias opuestas entre sí, por ejemplo: “Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñará a discernir entre lo limpio y lo no limpio” (Ezequiel 44.23). Además: “Para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio, y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés” (Levíticos 10.10 al 11). Desde el inicio se establece una ley, donde la ley moral de los Diez Mandamientos o Decálogo, es también una ley comunitaria, porque es útil para conocer y diferenciar entre el bien y el mal, en nuestra relación con Dios y nuestro prójimo. Además son reglas o normas de convivencia en comunidad. Dios dice en su palabra: “Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos. Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación…” (Isaías 51.4 al 5).
Ahora bien, aunque toda la ley era de Dios, a una parte de ella se le llama la ley de Moisés. Dios quiso desde un principio, establecer cierta distinción de la ley de los Diez Mandamientos, sobre el resto de leyes, como Jehová dice: “... Con tal de que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les mandó” (2 Reyes 21.8), pero el pueblo no obedeció fielmente, ni al mandato de Dios, ni al mandato de Moisés: “Por cuanto no habían atendido a la voz de Jehová su Dios, sino que habían quebrantado su pacto; y todas las cosas que Moisés siervo de Jehová había mandado, no las habían escuchado, ni puesto por obra” (2 Reyes 18.12). El profeta Oseas escribe de Israel: “Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos” (Oseas 10.2). En el caso de la ley de Moisés, en su aspecto ceremonial y ritual, nada perfeccionó. Así dice la Escritura:
“Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios... Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo” (Hebreos 7.18 al 19, 8.6 al 7). Así dice Jehová: “Porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos. Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir” (Ezequiel 20.24 al 25).
El primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal, la ley añadida ordenaba sacrificios, ofrendas, holocaustos y expiaciones por el pecado, el transgresor quedaba perdonado de su ofensa, pero impune de la ley de muerte, al no ser apedreado cuando transgredía alguno de los Diez Mandamientos. En el nuevo pacto se pide presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional
Comparemos los siguientes pasajes:
Primer pacto: “Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti” (Deuteronomio 31.24 al 26).
Nuevo pacto: “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz” (Colosenses 2.14).
El santuario terrenal se componía de dos partes, llamados el lugar santo y el lugar santísimo, uno al lado del otro, en forma semejante, aquel libro de la ley escrito por Moisés, fue puesto al lado del arca del pacto; el libro representa de manera simbólica el lugar santo, haciendo referencia a lo ritual y ceremonial de la ley, y el arca del pacto el lugar santísimo, manifiesto en los Diez Mandamientos. Jesucristo al abolir lo ritual nos posibilita acceder a obedecer los Diez Mandamientos con poder, quitando ese velo de en medio, como dice la escritura: “Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados” (Romanos 2.13; Santiago 1.22 al 25). Se hace la siguiente salvedad: Toda la ley proviene de Dios
Los preceptos fueron transformados en el nuevo pacto o eliminados por completo, porque eran exclusivos para Israel, limitados en tiempo, lugar o espacio geográfico, con referencia a la tierra en la cual tomarían posesión
La ley de Dios y la ley de Moisés (el subrayado es nuestro): “Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los Diez Mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella” (Deuteronomio 4.13 al 14). “Y no volveré a hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que di a sus padres, con tal que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les mandó” (2 Reyes 21.8).
Dios escribe los Diez Mandamientos directamente, las demás ordenanzas se dan por escrito indirectamente a través de Moisés y es quien las escribe en un libro
El que no obedecía las celebraciones rituales, todas las festividades, sacrificios y ofrendas, holocaustos y expiaciones por el pecado era maldito. Cristo con un solo sacrificio nos redime de esta maldición, de manera que si no ejercemos lo ritual, ya no somos malditos; en Gálatas se le llama de las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas
La ley de Moisés mandaba a apedrear, a quienes quebrantan la ley de Dios de los Diez Mandamientos. La incorporación de la sentencia de muerte, por medio de la ley añadida, requiere especial atención para ser analizado, como dice la Escritura: ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!
PRIMERO : “El que ofreciere sacrificios a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto” (Éxodo 22.20), “... de seguro morirá; el pueblo de la tierra lo apedreará” (Levítico 20.1 al 2).
SEGUNDO : “... Que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos,... entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán” (Deuteronomio 17.2 al 5, 8.19).
TERCERO : “... Y el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y maldijo; entonces lo llevaron a Moisés... y Jehová habló a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación..., si blasfemare el Nombre, que muera” (Levítico 24.11 al 16).
QUINTO : “Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere,... entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá...” (Deuteronomio 21.18 al 21).
SEXTO : “El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá” (Éxodo 21.12; Levítico 24.17).
SEPTIMO : “Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos” (Levítico 20.10).
OCTAVO : “Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón,...” (Éxodo 21.16; Deuteronomio 24.7).
NOVENO : “Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él,... entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti... y no le compadecerás; vida por vida...” (Deuteronomio 19.16 al 21).
DECIMO : “Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel,... pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé;... entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán... y todo cuanto tenía,... y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy...” (Josué 7.20 al 26).
A continuación se señalan una serie de citas bíblicas relacionadas con los Diez Mandamientos, también como mención de su transgresión, por parte de algunos (siendo conocedores de la ley la quebrantaron), sin embargo, la misma fue escrita hasta en tiempos de Moisés, durante el primer pacto, y se mantuvo posteriormente al tiempo de Jesús, en el nuevo pacto, con el cambio de la letra a lo espiritual.
Anteriormente al profeta Moisés, se transmitían los mandamientos en forma verbal
Las citas bíblicas son las siguientes:
1) “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20.3; Deuteronomio 5.7).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
2) “No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las servirás...” (Deuteronomio 5.8 al 10; Éxodo 20.4 al 6).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
3) “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano...” (Éxodo 20.7; Deuteronomio 5.11).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
4) “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas...” (Éxodo 20.8 al 11; Deuteronomio 5.12 al 15).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
5) “Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da” (Deuteronomio 5.16; Éxodo 20.12).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
6) “No matarás” (Éxodo 20.13; Deuteronomio 5.17).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
7) “No cometerás adulterio” (Éxodo 20.14; Deuteronomio 5.18).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
8) “No hurtarás” (Éxodo 20.15; Deuteronomio 5.19).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
9) “No dirás falso testimonio contra tu prójimo” (Deuteronomio 5.20; Éxodo 20.16).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
10) “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” (Éxodo 20.17; Deuteronomio 5.21).
Antes del primer pacto:
Durante el primer pacto:
En el nuevo pacto:
Cristo es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas
El propósito de los ritos incluidos en la ley, inclusive la circuncisión, era esperar el tiempo determinado: Jesucristo sería un solo sacrificio con su muerte y por la fe en su sangre habría redención
La epístola del apóstol Pablo a los Romanos menciona lo siguiente: “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree” (Romanos 10.4), se establece a Cristo como el fin de la ley ritual, tanto como propósito y como finalización. Caso contrario, los Diez Mandamientos son una ley moral y comunitaria, contienen los principios de bien y de moral establecidos por Dios el Creador, como normas necesarias en la relación y convivencia entre personas, en comunidad, además de la relación con Dios.
Jesucristo con el ejemplo de vida, nos muestra como en la condición de ser humano es factible, el cumplimiento a cabalidad de la ley de los mandamientos de Dios, para integridad moral y espiritual: “…Porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas…” (1 Pedro 2.21 al 24).
Pablo menciona que el fin, tanto como motivo (propósito) y término (conclusión) de la ley es Cristo
Los escribas y fariseos, en cierta ocasión trajeron a Jesús una mujer acusada de lo siguiente: “… Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú pues, ¿qué dices?” (Juan 8.1 al 11), pero dice el relato que Jesús inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo, luego se enderezó para decirles, que el que estuviera sin pecado, fuera el primero en lanzar la piedra. Nuevamente se inclinó hacia el suelo para escribir en tierra, entonces todos se fueron y no apedrearon a la mujer, se alejaron desde los de más edad hasta los de menor edad, acusados por su conciencia. Jesús mencionó que en la cátedra de Moisés se sentaban los escribas y fariseos y así enseñaban, pero que no hicieran conforme a sus obras, porque decían y no hacían
Los intérpretes de la ley y los fariseos se ufanaban con gran vanagloria de ser muy fieles a la ley, no obstante, Jesús conociendo sus obras y lo oculto del corazón de cada uno, por ejemplo, les señaló acerca del día sábado, o sea, el cuarto mandamiento, que inmediatamente sacarían un asno o buey de su pertenencia, si el mismo cayera en un pozo
¿Por qué entonces aquellos escribas y fariseos, intérpretes, promotores de la ley, en relación con su cumplimiento y enseñanza, siendo instructores, no obedecen, hurtan, adulteran y cometen sacrilegio? Se jactan de la ley y con infracción deshonran a Dios:
“He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros” (Romanos 2.17 al 24). El profeta Isaías dice: “Y ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día” (Isaías 52.5).
Llevaron a la mujer sorprendida en adulterio y no a su cómplice, el varón que estuvo con ella. Además no se atrevieron a apedrearla desde los de edad avanzada, más cargados de pecados por tener más tiempo de vida, hasta los más jóvenes que acusados por su conciencia, se alejaron avergonzados cuando Jesús dijo: Aquel que estuviera sin pecado, fuera el primero en lanzar la piedra. En la epístola a los Gálatas encontramos la respuesta: “¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera... Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que por la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes” (Gálatas 3.21 al 22). La desobediencia fue un propósito mencionado en Romanos: “Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos” (Romanos 11.30 al 32).
Jesús inclinado al suelo escribía en tierra con el dedo, como dice la Escritura: “¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová” (Jeremías 22.29), así como el vínculo de todo ser humano viviente sobre el planeta lo es el oxígeno y de quien muere lo es la tierra, porque volvemos a la tierra, de la cual fuimos tomados, como está escrito, “polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3.19), es necesario estar unidos en el amor y temor a Dios, porque no sabemos en qué momento, dejaremos de respirar el aire de nuestra atmósfera, desaprovechando la oportunidad de la vida de hacer aquello que agrada a Dios, como está escrito: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Salmos 40.8). No bastaba el conocimiento y deseo de obedecer la ley, sino el adquirir a través de la gracia, el poder suficiente para realmente obedecer, así como el Espíritu Santo es dado a quienes obedecen
Jesús dijo: “… Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14.6). El camino, la verdad y la vida son todos los valores comunitarios, representados por medio de Jesús, mediante su ejemplo de vida, amor, fe, participación social, justicia, tolerancia, solidaridad, cultura de paz, libertad, ternura, igualdad, ayuda, compasión, misericordia, enseñanza, entre otros valores y virtudes vitales para vivir en armonía con los demás. Los valores comunitarios mostrados por Jesús, nos lleva al Padre, porque: “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2.2 al 6).
La expresión andar como Jesús anduvo, es participar de una forma de vida promovida en La Comunidad de Fe, establecida por Jesús con su ejemplo, enseñanzas y valores comunitarios:
“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.” (Mateo 5.1 al 10).
Jesús en una ocasión dijo: “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio…” (Mateo 9.13). El valor de la misericordia es promovido por Jesús a través de su vida y sus enseñanzas, mientras que los sacrificios hacen alusión a la ley ceremonial y ritual del primer pacto o testamento. Es necesario comprender la sabiduría de Dios, para entender la relación entre los valores, indispensables para la convivencia entre seres humanos y la ley descrita en el Antiguo Testamento. En el caso de la sabiduría del ser humano, por sí sola ha sido insuficiente, cuando se excluye así mismo de la posibilidad de tomar en cuenta la sabiduría de Dios: “Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria” (1 Corintios 2.6 al 8). Según este pasaje, no se habría crucificado a Jesús sí hubieran entendido el mensaje de la sabiduría de Dios, pero el ser humano en su propia sabiduría, influenciada por intereses particulares y mezquinos, luchas de poder, status social, compromisos políticos o religiosos, militares, económico o financiero, distorsiona el entendimiento y la idoneidad del juicio. Sin la comprensión del mensaje de Jesús, la vida queda sin trascendencia ante Dios
Jesús, “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1.11 al 13). Jesús se universaliza, porque su mensaje se hace extensivo a todos los seres humanos que creen en su nombre, el creer hace referencia a practicar sus enseñanzas y ser semejante en su vida. En la historia de la humanidad se registran sucesos de guerras, masacres y genocidios llevados a cabo en el nombre de Jesucristo, con la finalidad de imponer y extender geográficamente la religión cristiana, por ejemplo, en el tiempo de la conquista de los europeos frente a los nativos de América, pero esta situación no representa creer en su nombre, la violencia, irrupción y asesinato es contraproducente a la enseñanza de Jesús como Modelo de valores comunitarios y universales. Jesús en realidad representa valores cotidianos para acercarnos a Dios en nuestro diario vivir, donde prevalece el respeto inalienable a la vida humana, la relación de convivencia como reino de Dios entre nosotros y como derechos humanos irrenunciables, irrevocables e intransferibles.
Los acuerdos de fe transmitidos y ejercidos por esta clase de comunidad, emergida en el primer siglo, en relación con la fe, de ninguna forma serán impositivos o forzados, a manera de una ley impuesta con violencia, caso sucedido con la Inquisición, sino por voluntad, ánimo, principios de conciencia moral y armonía, inevitable para la convivencia entre seres humanos. Es una profesión de fe o confesión de fe, voluntaria, a conciencia, de reflexión y convicción. Los mismos mandamientos de Dios de ninguna manera son gravosos, sino deseables para los obedientes, con gratitud y regocijo: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia” (Romanos 6.17 al 18). Además: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5.3).
Es un ordenamiento de disposiciones establecidas sobre la base de la fe y el amor, el modelo ejemplar de vida es Jesucristo, con la apertura de su enseñanza a todo el mundo, sin hacer acepciones de personas. Jesús es fuente de vida abundante para todas las naciones, sin discriminación a la mujer, racial, étnica, geográfica, cultural, idioma, status social, académico, económico, color de piel y edad. En este sentido, a pesar de las barreras religiosas y dogmáticas, influyentes en su época, Jesús no presentó su adhesión a la política o religión oficial e institucional del momento. Inclusive un texto menciona: “Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices. Y los principales sacerdotes le acusaban mucho. Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan. Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba” (Marcos 15.1 al 5).
Más adelante se dice: “Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes” (Marcos 15.9 al 10). Los líderes religiosos podrían ser muy catedráticos y doctos, pero en el plano espiritual, tenían antivalores como la envidia. En el primer siglo existían grupos religiosos como los fariseos y los saduceos, quienes rechazaron a Jesús. No comprendieron la relación entre la ley y su transformación a la gracia. En una ocasión Jesús se refiere a los maestros de la ley y los fariseos como personas que con sus hechos niegan lo que con sus labios confiesan: “… Mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen” (Mateo 23.2 al 3). Es vital volverse a los valores de Jesús, quien promueve el amor, paz y compasión.
La fe de Jesús es una fe real y una esperanza verdadera, una visualización del reino, con valor práctico en el diario vivir. La comunidad de fe surge con el discipulado, enseñanza y educación transferida por Jesús a la comunidad del primer siglo. Mensajes, parábolas y enseñanzas útiles, es una forma de vida, valores y virtudes, comportamiento, trato y relación cordial entre personas. La Biblia dice: “… No por fuerza… no como teniendo señorío…” (1 Pedro 5.2 al 3). Ya desde la antigüedad se anunciaba en las Santas Escrituras: “… No con ejercito, ni con fuerza, sino con mi Espíritu…” (Zacarías 4.6). Estas expresiones bíblicas se contrastan con la institucionalización, la formalización y la oficialización de la iglesia, debido a sus consecuentes luchas de poder, dogmas de opresión, fanatismos religiosos, extremismos fundamentalistas, radicalismos y odios. La historia de la humanidad, registra a muchos inocentes que por causa de la fe, sufrieron persecución, violencia, injustas represiones, saqueo, ultraje, cautiverio, destierro, pérdida de identidad, esclavitud y muerte. La fatal combinación de la cruz de Cristo y la espada, la evangelización y el expansionismo militar, el poder religioso y el estado imperial.
El Apocalipsis dice: “…estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra” (Apocalipsis 5.6). El profeta anuncia: “… He aquí un candelabro todo de oro… y sus siete lámparas… y siete tubos para las lámparas… Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra” (Zacarías 4.2 y 10). El profeta Isaías anuncia: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura” (Isaías 11.1 al 5).
El análisis de un texto implica tomar en cuenta la literatura y figuras literarias, la cultura, historia y el aspecto geográfico. Este pasaje hace alusión, en sentido figurado, a la vara de su boca y el espíritu de sus labios. Jesús deja al descubierto con su mensaje la maldad de las personas e injusticias. En su época, prevalece una dominación política, militar, religiosa y de empobrecimiento. Este pasaje tiene expresiones universales, juzgar con justicia a los pobres y argüir con equidad por los mansos de la tierra. Esto es aplicable en nuestra época como inalienable para todo ser humano, sin perder vigencia con el tiempo. Jesús con su vida, vino a demostrar misericordia, piedad y juicio justo, dando ejemplo como humano de capacidad para obedecer al Padre
Quienes analizaban la ley en tiempos de Jesús, escribas (versados e intérpretes de la ley), entre ellos los saduceos y fariseos, tuvieron en sus manos todas las piezas, que combinadas entre sí, estructuran el sentido de la vida, el propósito de la existencia. A su alcance estuvo la ley y la profecía, pero no entendieron el argumento o plan propuesto por la palabra de Dios, en relación con la venida de Jesucristo como el Camino para la Salvación, quien precisamente dijo: “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5.20). En quienes no entendieron, se cumple la moraleja de un epitafio con la leyenda: “aquí yace uno que no supo para que vivía”.
Por lo tanto, en el sentido de la vida y propósito de la existencia, es indispensable la práctica de los valores comunitarios, mostrados en la Biblia mediante los frutos del Espíritu: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5.22 al 25). También la Escritura dice: “… Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7.15 al 20). “Pero sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11.6).
Jesús resalta la justicia, misericordia y fe, como lo más importante de la ley: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: La justicia, la misericordia y la fe…” (Mateo 23.23). En su tiempo los fariseos se aferran a los preceptos de la ley, por ejemplo, diezmar toda hortaliza, pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios. Jesús dijo: “Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios…” (Lucas 11.42).
Era necesario un equilibrio entre la letra de la ley y el motivo o intensión pretendida con la ley, o sea, el propósito buscado con la práctica de la ley, a saber, promover la justicia, misericordia, fe y amor de Dios: “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13.10). Toda la ley y los profetas dependen de dos mandamientos: Amar a Dios y al prójimo como a uno mismo
Es necesario abarcar el tema de la ley añadida o ley de muerte, lo ceremonial y ritual, la circuncisión, el sacrificio, ofrenda, holocaustos y expiaciones por el pecado, para comprender la afirmación de Jesús:
“Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo” (Mateo 12.6 al 8), “... Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mateo 9.12 al 13).
Los escribas y fariseos no lograban captar esto, a pesar de que ellos eran estudiosos de las Escrituras, que en aquella época la integraban la ley de Moisés, los profetas y los salmos
Posiblemente tanto el sacerdote como el levita, actuaron así apegados a la misma ley, según la interpretación de algunos preceptos, creyeron correcto no acercarse al herido, por si, en caso de estar muerto, no caer en inmundicia al tocarlo, ya que temporalmente podrían quedar inmundos en caso de tocar a alguien fallecido
Según esta parábola, el prójimo del herido no es el sacerdote ni el levita, supuestos servidores de Dios y conocedores de la ley de misericordia, sino el samaritano, quien realmente usa la misericordia
En cierta ocasión, Jesús trata como benditos a quienes han suplido lo necesario a los hambrientos, sedientos, forasteros, necesitados de vestido, enfermos o privados de libertad. Jesús dijo lo siguiente:
“… Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis… ” (Mateo 25.31 al 46).
La proclama es amar al prójimo sin acepción de personas
Ciertamente se manda a las personas proveer para los suyos, mayormente a los de la casa
El nuevo pacto presenta al justo y santo como templo del Espíritu de Dios
La ley moral o comunitaria es una guía práctica, se refleja lo interno de la persona (similar a un espejo), su pensamiento y su proceder, se hacen visible a través de su vida diaria, con su quehacer en pro de los propósitos de Dios, y en beneficio de los más necesitados obedece los Diez Mandamientos, presta un servicio muy valioso a Dios y a la sociedad, en la armonía y comunión con quienes le rodean. Se establece un mejor ordenamiento en la convivencia diaria de los seres humanos, por ejemplo, el respeto a la vida, dignidad y a la propiedad privada.
El pueblo de Dios tiene como guía a Jesucristo, pues él enseña el camino y establece un precedente aquí en la tierra, de donde se conserva la base o fundamento en la edificación de la doctrina eclesiástica, porque Jesucristo es la principal piedra
En una ocasión surge la pregunta: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?, Jesús dijo: “... ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle” (Mateo 12.9 al 14). En el caso de lo ritual, no se permiten ciertas actividades propias ajenas al sábado, ni encender fuego para cocinar
En todo caso, Jesús hace énfasis en la sanidad interna de las personas al decirles: “... No peques más” (Juan 5.14), no obstante, en el sentido espiritual, Jesús no quebranta el sábado, más bien, lo presenta, en su mayor expresión de espiritualidad, manifestado por el bien, la misericordia y la justicia hacia las personas. En relación con la ley de los Diez Mandamientos, Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5.17). La Biblia menciona que ni aun a nivel de las letras más pequeñas, como la jota
“… El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle…, y amar al prójimo…, es más que todos los holocaustos y sacrificios...” (Marcos 12.28 al 34).
Jesús les dice: “... De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22.34 al 40). En la actualidad, para el cumplimiento de estos dos mandamientos, inclusive, es necesario que los empresarios, comerciantes y empleadores en general, brinden la oportunidad de un día libre, entre viernes, sábado y domingo, para que los creyentes puedan consagrar y santificar, según sus posibilidades y credo religioso, un día de descanso y dedicación a las actividades de sus iglesias, congregaciones o templos. Esta flexibilidad también se requiere en las organizaciones eclesiásticas, de ofrecer actividades litúrgicas y reunión, tanto el día viernes, sábado y domingo, para facilitar la posibilidad de asistencia de sus feligreses, según el día libre laboral. Al respecto Jesús dijo: “… El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo… Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle” (Marcos 2.23 al 3.6). “… Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenarías a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo” (Mateo 12.1 al 8).
La ley de Moisés imposibilitó a las personas el ser plenamente justificado
El ser humano, por causa del mal, estaba destituido de la gloria de Dios. Cristo con su venida, tuvo la misión de reconciliarnos con el Padre. Se establece un nexo entre Dios y los seres humanos, con Jesucristo como mediador
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio” (Romanos 2.14 al 16). “El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: Vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios” (Romanos 2.6 al 11).
En relación con la ley, en el primer pacto del Antiguo Testamento, se mencionan la ley de Dios y la ley de Moisés. La ley de Dios es el Decálogo dado a conocer con “Los Diez Mandamientos” y son las palabras de Dios en forma escrita en tablas de piedra
Comparando
En el primer pacto o testamento, la forma de recibir la ley fue en la letra y en el nuevo pacto en el Espíritu por gracia. En el primer caso, si algún infractor no era sorprendido en el acto, con un mínimo de dos o tres testigos, para él no había causa para ser acusado
Moisés en el primer pacto, hace referencia a como todo Israel vio las señales de Jehová ante Egipto y Faraón, sus siervos y su tierra, las grandes pruebas, señales y maravillas y les dice: “… Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír” (Deuteronomio 29.2 al 4). Jesús dijo: “…Si vosotros permaneciereis en mi palabra… conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres… Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8.31 al 36).
La palabra regir tiene relación con lo que está vigente y se aplica en las leyes, ordenanzas, estilos y costumbres en vigor y observancia, además tiene relación con dirigir, mandar o gobernar. En el primer pacto lo vigente para el pueblo de Israel, era ser guiado o conducido bajo el régimen de la letra, que era el modo de gobernarse o regirse a través de constituciones, preceptos, reglamentos o prácticas. El Espíritu Santo no había sido derramado en todo el pueblo, como sucedió en el nuevo pacto y como había sido dicho por el profeta Joel: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2.28 al 29; Hechos 2.16 al 18). En el nuevo pacto somos sellados con el Espíritu Santo en nuestros corazones, como señal del pacto (las arras)
De acuerdo con lo mencionado en el párrafo anterior, cuando se desobedece a Dios en sus mandamientos, la persona no es apedreada y muerta físicamente en el momento, aunque en el nuevo pacto siempre hay muerte o paga del pecado
A los Diez Mandamientos de Dios se le llama el testimonio
“Y acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirá más: Arca del pacto de Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra” (Jeremías 3.16). Entonces, analicemos ¿por qué el Apocalipsis menciona los siguientes pasajes?: “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo…” (Apocalipsis 11.19). “… Los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12.17). “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14.12). “Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio” (Apocalipsis 15.5).
La ley de los Diez Mandamientos fue entregada por escrito ante diez mil ángeles testigos ese día
Cuando el ser humano oye la voz de Dios verdaderamente, a través de su palabra, pasa a un estado de conciencia, alcanzando a entender y comprender muchos aspectos teológicos, religiosos, espirituales y sociales ignorados. Por lo tanto, toma un rumbo en donde la persona es consciente del propósito por el cual existe, entrando a su vida la gracia, por el poder de Dios y el evangelio. Con el nuevo entendimiento acerca de la vida, no se limita a realizar solamente actividades de subsistencia, de estudio, trabajo, familia, esparcimiento, descanso, alimentación, vestido y domicilio. Incorpora actividades eclesiásticas, trabajo ministerial y laico, lectura bíblica, oración, reflexión, ayuno, vigilia, acción espiritual, social y comunitaria, la práctica de los valores comunitarios, en beneficio de la convivencia en armonía, paz, solidaridad y bien común. La vida es un equilibrio, se requiere integrar y satisfacer las necesidades fisiológicas, biológicas, sociales, espirituales y económicas, cultivando la personalidad, el intelecto, la sociabilidad y la comunión con Dios, el entorno y medio ambiente.
En resumen, denominamos el tema de Jesús y la gracia versus la ley añadida, porque en el caso de los Diez Mandamientos, fueron escritos en el primer pacto con el dedo de Dios en tablas de piedra, pero en el nuevo pacto son escritos en nuestra mente y corazón con el Espíritu Santo. Según el profeta Jeremías, Dios daría un corazón, un camino y un pacto eterno, al dar su temor en el corazón
El profeta Ezequiel nos anuncia la promesa de Jehová el Señor: “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios” (Ezequiel 11.19 al 20), además menciona: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra” (Ezequiel 36.26 al 27). Los pasajes anteriores aplican al pueblo judío y a Israel, esto no exceptúa el nuevo pacto, porque la promesa involucra al resto de naciones, con la muerte de Jesucristo en la cruz, se establece la paz y solidaridad entre los pueblos. Jesús dijo: “… Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10.10). La Escritura dice:
“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades” (Efesios 2.11 al 16).
Los seguidores de Jesús en el primer siglo, integrantes de la comunidad de fe, se establece con judíos e israelitas, pero Dios ofrece la apertura u oportunidad a los considerados gentiles (los griegos y demás pueblos y nacionalidades), para formar parte del pueblo de Dios. Por esta razón el autor de la carta a los Hebreos, se dirige a la Iglesia en el nuevo pacto y trae a colación un pasaje del primer pacto, lo enfoca en ellos y lo ubica como parte del nuevo pacto:
“Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo... Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero... ” (Hebreos 8.8 al 9.1 y Jeremías 31.31 al 34).
La idea del cristianismo original, iniciado por Jesucristo, nunca ha sido establecer rivalidad unos contra otros y persecución de denominaciones, como se dijo anteriormente de ejemplo con la Inquisición. Cada congregación, religión o iglesia, le presenta a Dios una ofrenda y Dios mismo es quien juzga si esa ofrenda es aceptable delante suyo, en la medida del conocimiento recibido por gracia, permitido a cada persona u organización eclesiástica. La variedad de iglesias no son una competencia para acercarse a Dios, y si él ha permitido la existencia de cada una, entonces merecen respeto, dignidad, cooperación y pacificación.
Las religiones cristianas presentan su máximo esfuerzo por brindar un medio, herramientas y mecanismos para acercar al ser humano hacia Dios, no obstante, la única verdad absoluta es Jesucristo. La salvación es por medio de la gracia de Dios, mediante la fe en Cristo Jesús. Los dogmas eclesiásticos son necesarios en la medida del fortalecimiento de hacer el bien a los demás, de la práctica de valores comunitarios y la abstinencia y lucha contra el pecado. Hacer justicia, obedecer la ley de Dios, saber y hacer lo bueno. La Biblia dice: “… La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo” (Santiago 1.26 al 27).
Nuestro Señor, Cristo Jesús, nos lavó de nuestros pecados con su sangre, según la primera epístola universal de San Pedro apóstol, ahora somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, y hemos alcanzado misericordia
Jesucristo en su primera venida a la tierra a habitar entre nosotros, lo hizo en carne, como se dice en el evangelio
Pero si se pretende la justificación con alguna práctica, donde las personas pierden el respeto a la fidelidad hacia Dios, con el fundamento en creencias o enseñanzas, donde se comete pecado, pero se recibe constantemente perdón de la falta, ya sea por haber confesado de corazón y de labios el pecado o considerar a Jesús como abogado ante el Padre, por considerar que interesa sólo el corazón y no lo externo, porque se es muy caritativo o generoso a nivel económico con la Iglesia. En estas situaciones sucedería como en el ritual antiguo abolido por Cristo, en donde en forma similar al pasado, el pecador sigue pecando, justificado en ciertas prácticas o creencias que le exoneran de la culpa, y vuelve a cometer sus delitos. Por ejemplo, la creencia de la condición de ser digno para participar de la cena del Señor y tener que reiteradamente pedir perdón o estar en paz, como un rito o costumbre previa a la celebración. Un pasaje dice:
“Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad... Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad...” (2 Corintios 3.12 al 4.2).
Analicemos el siguiente pasaje: “¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme? Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte? Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis. Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de reposo circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?” (Juan 7.19 al 23). Aparentaban ser defensores del día de reposo, al enojarse con Jesús, porque había realizado una sanidad en sábado, o sea, no les importaba el hacer el bien al ser humano enfermo en sábado. Le daban prioridad a la circuncisión y ponían muy en alto la ley de Moisés, porque al cumplir un niño los ocho días de nacido y si en este día concuerda con un día sábado, se le circuncidaba para que la ley de Moisés no fuera quebrantada, o sea, le daban más importancia y prioridad a la circuncisión que al día de reposo semanal de la ley de Dios.
Así también guardaban otras partes de la ley, como el diezmo, pero dejaban lo más importante de ella, a saber, la justicia, la misericordia y la fe
“15.1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 15.2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y los ancianos, para tratar esta cuestión... 15.4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos... 15.5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. 15.6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 15.7 Y después de mucha discusión,... 15.22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia,... 15.24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 15.25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros... 15.28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 15.29 Que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 15.30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación... 16.4 Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. 16.5 Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día” (Hechos 15.1 al 16.5).
En el pasaje anterior surge la polémica de la circuncisión y de la ley ritual. Esta influencia era muy fuerte entre los judíos
Algunos símbolos del primer pacto fueron transformados en el nuevo pacto. Aquellos que se aferraban a la circuncisión literal y a los ritos no lo comprendieron. Ahora estamos bajo el régimen nuevo del Espíritu, así podríamos citar el ejemplo de la circuncisión en la carne como señal de pertenencia a Dios, y que recibió Abram (padre enaltecido), cuyo nombre fue cambiado por Abraham (padre de una multitud), según la promesa que sería padre de muchedumbre de gentes
Recibió entonces la promesa del pacto entre Dios, Abraham y su descendencia, por pacto perpetuo, para que fuera Dios de él y de su descendencia, por siempre: “Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado” (Romanos 4.11 al 12), cuya promesa alcanzamos aún en nuestros días, porque su cumplimiento llegó a su plenitud cuando la circuncisión sufrió la transición de lo literal a lo espiritual, la bendición llega a todas las naciones
Ahora la circuncisión en el corazón, es una identificación del pueblo de Dios, no de la letra sino del corazón, en espíritu
Para confirmar que en el nuevo pacto, los hijos de Dios, se identifican por tener fe y un corazón arrepentido, citaremos lo siguiente: “No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes” (Romanos 9.6 al 8). Es aquí donde interviene Dios para dar un corazón arrepentido a quien él quiere, como también endurecer el corazón al rebelde
Ya desde tiempos de Moisés se venía anunciando la circuncisión especial del corazón: “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?... Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz” (Deuteronomio 10.12 al 16, 30.6). Otro ejemplo está en Jeremías donde se le dice a los de Judá y Jerusalén: “... Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos. Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras” (Jeremías 4.3 al 4; Hechos 7.51 al 53).
A raíz de la venida de Jesucristo surge un conflicto entre el Israel en la carne, por raza y el Israel de Dios, el espiritual, cuando Pedro inició la evangelización o predicación a los gentiles, que no eran de la tribu de Judá, habitantes de Jerusalén y Judea, él dice: “... Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo” (Hechos 10.28). Lo mismo sucede con los habitantes de Samaria, cuando Jesús le habla y pide agua a una mujer samaritana, ésta se extraña porque judíos y samaritanos no se trataban entre sí
Los más conservadores se aferran por cuestiones raciales o discriminatorias a mantener la circuncisión en la carne, como por obras tradicionalistas y no por la fe, obligando a circuncidarse, para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo
Aún el apóstol Pedro junto con otros, se encontró en tal situación, que Pablo lo resistió cara a cara, porque era de condenar, también en su simulación Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos
La controversia era tan grande que Pablo, después de haber hablado en contra, de la circuncisión en la carne y de la ley de los ritos, se le presionó para que se retractara y al sufrir persecución por poco le dan muerte
También dice la Escritura: “Y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree” (Hechos 13.39). En Cristo Jesús somos justificados, por medio de la fe en su sangre. Antes de Cristo, se consideraba a los paganos, como impuros o inmundos. Jesucristo con su primera venida promueve la hermandad o fraternidad, trae un cambio de mentalidad, por causa de la división entre seres humanos, hechos a la semejanza de Dios
“Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros... por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro” (Romanos 4.13 al 24).
Además está escrito: “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17.31). Por causa de la fe se identifica realmente al pueblo de Dios, porque actúa con la fe de Abraham, según la promesa
“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras... ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2.17 al 26).
Los antepasados de Abraham servían a dioses extraños: “Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños” (Josué 24.2). Es Dios quien realiza el llamado a Abraham para su adoración y servicio
Jesús manifiesta lo siguiente: “Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados” (Hechos 26.18).
Los sábados ceremoniales y rituales fueron siete días al año en diferentes fechas y no necesariamente concordaban con el séptimo día de la semana, porque se basaban en fechas, por lo tanto se le llamaban sábados o días de reposo ceremoniales y rituales. En estos días no se permitía trabajar o realizar cualquier labor personal, ajenas a la celebración o ceremonias establecidas en esa fecha
A través del profeta Oseas, Jehová dice: “Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades” (Oseas 2.11). Nótese en el pasaje anterior como Dios le llama: “Sus”, haciéndolo propias de ellos (el pueblo) y ya no pertenencia de Dios, por ejemplo, hemos visto como algunos distorsionaban la voluntad de Dios, alterando el mandamiento, al llevar la ofrenda a Dios, con pan inmundo, con animal ciego, cojo, enfermo o hurtado. Desde el principio, quienes hacían la voluntad de Dios, llamados hijos de Dios, se mezclaron con las hijas de los hombres paganos
También a través del profeta Isaías, Dios dice: “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas” (Isaías 1.13 al 14). Ambos profetas eran contemporáneos, Oseas en el reino del norte (Israel) e Isaías en Judá. Dios habla en contra de los sábados rituales y de otras fiestas solemnes y rituales como las lunas nuevas. Su cumplimiento llega a su tiempo, profetizado por Daniel, cuando se quita la vida al Mesías, o sea a Cristo, a la mitad de la semana (miércoles 14 de Nisán de Pascua), Jesús muere a las 3 de la tarde, haciendo cesar el sacrificio y la ofrenda
Si los sábados rituales, fueron abolidos en la muerte de Jesucristo en la cruz, al igual que el resto de la ley ritual, dice el apóstol Pablo: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo” (Colosenses 2.16), y en la epístola a los Hebreos se dice: “Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas” (Hebreos 9.9 al 10).
Levítico capítulo veintitrés explica la situación de las fiestas solemnes y sus fechas. Estos pasajes bíblicos, con respecto a los días de sábados rituales, aclaran diversos aspectos referentes a sus ceremonias, donde no se podía trabajar, por ejemplo, los días quince y veintiuno del mes bíblico de Nisán, no se trabajaba, como comúnmente se hacía con el séptimo día de todas las semanas del año. Por eso es que también se le llamaban sábados, al igual que el séptimo día de cada semana del año. En el sábado semanal, no se realizaban estas ceremonias rituales, excepto las acostumbradas del holocausto continuo, realizado todos los días del año, en forma continua, sin faltar uno
El primero y segundo día de reposo ritual, se encuentra en la fiesta solemne de Jehová, de los panes sin levadura, el día quince y el día veintiuno del primer mes del año bíblico (Nisán), no caía necesariamente en el séptimo día de la semana, sino cualquier día, basado por fechas
El tercer día de reposo ritual, se encuentra en la fiesta solemne de Jehová, la gavilla de la ofrenda mecida
El cuarto día de reposo ritual, se encuentra en la fiesta solemne de Jehová de las trompetas
El quinto día de reposo ritual, se encuentra en la fiesta solemne de Jehová del día de expiación o día de ayuno
El sexto y séptimo día de reposo ritual, se encuentra en la fiesta solemne de Jehová de los tabernáculos
Estas fiestas comenzaban en Nisán (primer mes), que es entre marzo y abril, luego seguía otra en Siván (tercer mes), entre mayo y junio, y posteriormente las últimas cuatro fiestas en Etanim (séptimo mes), entre setiembre y octubre. El calendario bíblico es lunar, en luna nueva había una festividad con ofrecimiento de holocausto a Dios
A continuación se presenta el nombre de los meses con algunas citas bíblicas y se compara con los meses de la actualidad.
Estos meses también son importantes para determinar aproximadamente el mes del nacimiento de Cristo Jesús, citas bíblicas de
El rey David organizó el sacerdocio y los repartieron por suertes, de manera que esos 24 sacerdotes oficiaran durante todo el año,
Si continuamos leyendo en
En el caso de los sábados rituales y la ley ritual, son la sombra del cuerpo de Cristo. Al respecto, la escritura dice: “Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” (Romanos 7.4 al 6). “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado... Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6.6 al 14).
Para entender mejor el tema anterior, están las siguientes expresiones: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron...” (Romanos 15.4), “lo cual es símbolo para el tiempo presente,...” (Hebreos 9.9), “todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2.17), “... habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales,...” (Hebreos 8.4 al 5), “porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificios y ofrendas no quisiste; mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” (Hebreos 10.1 al 10), el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones
Las fiestas ceremoniales y rituales, con comidas, bebidas, ordenanzas, vestimentas y purificaciones, eran un símbolo para el tiempo presente, obligada hasta el tiempo prefijado de reformar, esa transición entre lo literal y lo espiritual
Los sábados ceremoniales y rituales, si tienen una representación con un significado en Cristo: Pablo al analizar el caso de algunos asistentes dentro de la Iglesia, que no entendían el mensaje de la palabra, porque eran desobedientes, hace una comparación al decir que un poco de levadura leuda toda la masa
La fiesta antigua, conocida como el pentecostés, representa para el nuevo pacto el derramamiento del Espíritu Santo
Las trompetas significan anunciar el evangelio y predicar la palabra de Dios, como lo hacen los mensajeros de Dios, a toda nación, tribu, lengua y pueblo. No con el sonido literal de la trompeta que se dio en el monte Sinaí
En cuanto al día de expiación, así como en el primer pacto, fueron purificadas las figuras de las cosas celestiales y había un santuario, figura del verdadero, Cristo entró en el cielo mismo para presentarse por nosotros ante Dios, haciendo un solo sacrificio de sí mismo, para quitar de en medio el pecado
La fiesta de los tabernáculos, símbolo del abrigo de Dios, representa la protección o comunión, a través del reino espiritual de Cristo o reino de Dios entre nosotros, porque Jesucristo es el verdadero Tabernáculo y hay libertad para entrar al lugar Santísimo, por medio de la sangre de Jesucristo
La palabra de Dios explica: “Dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie” (Hebreos 9.8). Este velo establecía separación entre la primera parte, llamada el Lugar Santo, en donde estaba el candelabro, la mesa y los panes de la proposición, y tras el velo el Lugar Santísimo que tenía un incensario de oro y el arca del pacto, con una urna que contenía maná, la vara de Aarón que reverdeció y las tablas del pacto
La ley ritual y ceremonial, incluidas las fiestas rituales no son la excepción
Siendo el propósito final y el término de la ley ritual, la llegada de Cristo
En el caso de la Pascua, comer la carne asada al fuego, panes sin levadura y con hierbas amargas, tienen su simbolismo. Comer la carne es alimentarse de la palabra de Dios y la enseñanza del Señor Jesucristo, vivir dignamente, comer su carne y beber su sangre, representado en la palabra de Dios
En relación con las vestiduras, según la Escritura nos vestimos las armas de la luz, sin glotonerías y borracheras, sin lujurias y lascivias, sin contiendas y envidias, vestidos del Señor Jesucristo, no proveyendo para los deseos de la carne
Con respecto a la purificación con agua, dice la Biblia que “... Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5.25 al 26 y Hebreos 10.19 al 22). Cristo efectuó la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo
El incienso significa las oraciones de los santos
La distribución ministerial entendida bajo los conceptos paulinos, se comprende mejor al conocer, acerca de los sucesos entorno a la vida de Pablo, las causas de su forma de pensar dentro de la comunidad de fe y su ministerio.
Saulo, en cierta ocasión, se reconoce fariseo e irreprensible en relación con la justicia de la ley
Saulo testifica la no existencia de justificación por las obras personales, por el cumplimiento de la ley ritual o méritos de su propia justicia, sino por la fe de Cristo, la justicia en Dios por la fe. Es por medio del evangelio en el nuevo pacto al abrazar y aceptar la justicia de Dios, revelada por fe y para fe
Saulo confronta la ley ritual de matar a pedradas (lapidar). Esta ley la encontramos en las siguientes citas bíblicas por cada uno de los diez mandamientos:
La aceptación del evangelio y a Jesús como Salvador, posibilita ser siervo de la justicia de Dios
Saulo es un furioso perseguidor de las comunidades de fe, al consentir el arresto y la muerte de los seguidores de Cristo. A partir del primer mártir Esteban, acontece una gran persecución contra los creyentes de Jerusalén, por lo cual se esparcen por las tierras de Judea y de Samaria; excepto los apóstoles. Mientras tanto Saulo entra casa por casa para arrestar a hombres y a mujeres para encarcelarlos
Saulo se obsesiona por hacer retractar a todos los creyentes en Cristo, se enfurece grandemente contra la comunidad de fe y los fuerza a blasfemar. Los persigue hasta en las ciudades extranjeras, porque considera su deber la lucha contra los seguidores de Jesús de Nazaret
Saulo experimenta una transición de perseguidor de los cristianos a perseguido por causa del nombre de Jesús. Un día, cuando Saulo iba camino a Damasco, se le aparece el Señor Jesús: Lo rodea con un resplandor del cielo, Saulo cae y oye la voz de Jesús, pero queda ciego, por la oración de Ananías, un siervo del Señor, recobra la vista, se convierte al cristianismo, se bautiza y pasa unos días con algunos discípulos. Llega a ser un instrumento escogido, para llevar el nombre del Señor en presencia de los gentiles, reyes y del pueblo de Israel
Pablo es rechazado por los judíos al iniciar una nueva etapa de su vida, en defensa de las comunidades de fe, sus detractores cierran las puertas al Señor y endurecen sus corazones. El Señor tiene cuidado de Pablo, lo anima con amor para fortalecer su confianza
Pablo es ejemplo de imitar a Cristo
Jesús, cuando llega la hora de ser entregado, escarnecido y crucificado, ora intensamente en la intimidad con su Padre, con mucha angustia y aflicción, para ser fortalecido y poder soportar el momento esperado. Mientras tanto, en aquella oración, su sudor es como grandes gotas de sangre derramadas en tierra, su corazón palpitante siente el consuelo de la presencia divina, no obstante, se acerca la traición y el acecho de sus verdugos. Sus ojos tiernos, dulces, llenos de misericordia y amor, asombrados por observar la acción del ser humano, que le causaría un castigo inmerecido, a pesar de mostrar tanta bondad y compasión, al sanar y ayudar a los más necesitados. Y no es que se extrañara de la maldad del ser humano, porque él conoce el corazón y la mente de cada persona, pero posiblemente abrigaba la esperanza, de que en medio de la maldad de sus adversarios, surgiera una pequeña luz de fe verdadera y amor genuino, similar al amor entregado personalmente, sin reproche ni reservas, sino con todo su ejemplo. Y aún en la plenitud de su muerte, en el momento final, en la cúlmine del dolor, abandono y sufrimiento, por el desprecio e injusticia recibida, brotan en sus labios humanos, desde lo más profundo de su corazón, con el amor divino derramado en todo su ser, las siguientes palabras: “… Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen… En tus manos encomiendo mi espíritu…” (Lucas 23.34 y 46).
Pablo es acusado, injustamente, con argumentos legalistas, en el arresto de Pablo en Filipos, se manifiesta el propósito de Dios, porque en esta oportunidad se convierten el carcelero y toda su casa
La descripción de estos peligros muestra la adversidad contra Pablo, incluso, sufre naufragio por una tormenta
El testimonio es lo que se muestra o se vive de forma ejemplar, tal es el caso de los valores comunitarios. Pablo fue un testigo de Cristo, porque se muestra como ejemplo de vida, según las enseñanzas de Jesús y su demostración de valores en su diario vivir: “… Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron…” (Hechos 26.21 al 23). “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4.7 al 8).
La autoridad establecida por Dios, para ser cabeza de la iglesia, es Jesucristo. Toda la estructura de trabajo eclesial le está sujeta en servicio, temor y reverencia, cada obrero ministerial con su servicio rinde tributo al Señor, que es digno de toda la honra, la gloria, el poder y la alabanza, conscientes de un servicio en las cosas más sagradas de la adoración, no descuidan sus actos y desempeñan una labor con toda honestidad, rectitud, vocación, entrega, gratitud, testimonio, obediencia y esfuerzo. Es prioridad del obrero permanecer fiel en cualquier circunstancia, momento y lugar, porque no se puede agradar a Dios con desorden, o sea, la anarquía en la función ministerial. Los pilares entre los valores comunitarios de un ministro de la palabra de Dios, están: La confianza
El fundamento bíblico de la autoridad y unidad, con referencia a la estructura ministerial, lo encontramos en
Jesús, con ejemplo, da testimonio de servicio. Manifiesta al respecto: Quien quiera ser grande o el primero es un servidor
La Escritura, en
En 1 Corintios, capítulo 12,
“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”.
En el
Son irrevocables los dones y el llamamiento de Dios. Esto significa para los grupos ministeriales y obreros en general, servir a los propósitos de Dios en beneficio de la humanidad, con Jesús como modelo de humildad, mansedumbre de corazón, vida ejemplar, padecimiento, sufrimiento, valor y compasión. Muchas personas siguen su ejemplo y el de la conducta de las personas imitadoras de Cristo. Por ejemplo, Pablo llega a ser un gran siervo de Dios, y de servicio a la comunidad de fe, delega funciones en Tito, quien a su vez delega labores en otros
Jesucristo no vino al mundo a hacer su propia voluntad, sino la del Padre
En la comunidad de fe del primer siglo, hay un precedente de murmuración en algunos de sus miembros por causa de los ministros; la atención en el servicio no es eficiente y en la distribución diaria algunas viudas se quedan sin recibir lo necesario. Al principio no dan abasto las labores de un único grupo de trabajo, entonces surge la necesidad de equilibrar la prioridad de la predicación frente al servicio de las mesas. Por esta causa, en
Las comunidades de fe del primer siglo de la era cristiana en la región del Este Mediterráneo. Especialmente en las zonas de Judea, Galilea, Antioquía y Grecia, ciudades como Jerusalén, Efeso, Corinto, Tesalónica, Filipos y Colosas, documentadas en las cartas paulinas o de la escuela paulina. También la carta a la comunidad de Roma y las cartas personales a Timoteo y Tito, entre otras, sirve como guía para evaluar la problemática social del momento. Dios ha establecido e implementado una estructura de conocimiento, según las necesidades diarias en servicio, ayuda, evangelización, adoctrinamiento, consejería, mayordomía, diaconía, trabajo pastoral, supervisión de la obra, labor profética, denuncia de la injusticia y valores comunitarios, con el paso del tiempo se han mantenido vigentes, por ser esenciales para la convivencia humana.
En la actualidad es vital responder a los más necesitados, ayudar a los pobres, personas con discapacidad, viudas, adultos mayores, niños de la calle, madres solteras y huérfanos. Proyectar el trabajo ministerial y de la comunidad de fe al servicio general de la humanidad, desde lo microsocial como la desintegración familiar, abandono, violencia doméstica o intrafamiliar, hasta lo macrosocial como la salud, epidemias, desempleo, sobrepoblación, concentración de riqueza y distribución no equitativa, deforestación, contaminación del medio ambiente, hambre, globalización, reciclaje, calentamiento global, cambio climático y agotamiento del agua.
La comunidad de fe es parte integral de la sociedad, en el servicio a los demás hay respeto, consenso, unanimidad, diversidad cultural, diálogo, amor, solidaridad y demás valores comunitarios, que podrían generar un cambio de comportamiento humano, para evitar su destrucción ambiental y social, sin marginación o discriminación a la mujer, racial, étnica, nacionalidad, idioma, edad, status social, académico y condición económica. La estructura propuesta en el nuevo pacto no es sólo una organización, sino un organismo vivo, lleno de movimiento, con una doctrina viva y personas activas, en vida, servicio, alabanza, adoración y obediencia a Dios. Cada integrante piensa, reflexiona y actúa. Como cuerpo de Cristo con células vivas de un organismo vivo, bien formado y bien estructurado; todos los miembros se ayudan mutuamente, con funciones diversas y bien definidas, según la actividad propia de cada uno. Es un reino de convivencia y armonía en la tierra, se proclama a Jesucristo como fuente de vida abundante para todas las naciones, con calidad de vida, bienestar, libertad, salud, esperanza, el compartir y la comunión, como una cultura de paz, semejante al reinado del Justo Mesías o reino de Dios con autoridad desde los cielos.
El ministro eclesiástico de acuerdo con la administración de Dios y el anuncio cumplido de la palabra de Dios
Lucas, el evangelista e investigador de los hechos históricos, ordena, por escrito, los sucesos acontecidos en torno a Jesús
El caso contrario se presenta en la discusión de Pablo con los filósofos epicúreos y estoicos, cuando es llevado al Areópago de Atenas, para conocer la nueva enseñanza, pero es rechazado de plano por la audiencia al exponer acerca de la resurrección de los muertos. Se interesan algunas personas que fueron creyentes al escuchar el mensaje del apóstol Pablo, como Dionisio el areopagita, una mujer llamada Damaris y otros con ellos
El apóstol Pablo le recomienda a Timoteo, quien desde niño conoce las Escrituras
El nacer de nuevo es un proceso de acercamiento a Dios; es nacer del agua y del Espíritu para dejar atrás la vida antigua
La palabra bautizar hace referencia a inmersión o sumergir. Cuando esto sucede se pasa de un estado a otro, por ejemplo, al hundir un material en agua sufre un cambio, debido al líquido queda empapado, porque el agua busca cubrir o llenar lo zambullido. El bautismo es una representación simbólica. Cuando Israel es guiado por Moisés, el pueblo es bautizado al cruzar en medio del Mar Rojo, con las aguas divididas como muro a su derecha, a su izquierda y debajo de la nube
Otra forma de bautismo es la limpieza que produce la palabra de Dios Padre, por medio del arrepentimiento y conversión. En este bautismo se recibe el conocimiento con claridad, llega la luz divina abundante y rebosante hasta llenar la mente de la persona con la palabra de Dios, para iluminación del conocimiento de su gloria, por medio de Jesucristo
El bautismo de inmersión en agua es simbólico, se realiza una representación de la muerte y resurrección de Cristo, pero esto no quita las inmundicias de la carne, sino renueva la buena conciencia hacia Dios
Se menciona el ser bautizado como inmersión o sumergir en Cristo Jesús, esto es en el simbolismo de su muerte
El bautismo de Jesús en los tres tiempos verbales: Pasado, presente y futuro, complemento uno del otro y necesarios como modelo en el proceso del cristiano. En los evangelios está la expresión referente al bautismo de Jesús en los tres tiempos verbales (verificado en distintas traducciones de la Biblia, se incluye un ejemplo tomado de la versión Reina-Valera revisión 1960, el subrayado es nuestro):
1) Pasado : “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua...” (Mateo 3.16). “Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán” (Marcos 1.9).
2) Presente : “... ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados” (Marcos 10.38 al 39).
3) Futuro : “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!” (Lucas 12.49 al 50).
1) En el caso del verbo bautizar en tiempo pasado: Se toma en cuenta la vida ejemplar de Jesús, obediencia y fidelidad delante del Padre, como el equivalente al arrepentimiento y conversión predicados por Juan el Bautista y confirmados a través del bautismo de inmersión en agua. Jesús, al comenzar su ministerio, tiene cerca de treinta años, desde su inicio se muestra ante el pueblo como un ejemplo o modelo, en obediencia y justicia, su condición en el conocimiento y práctica de la palabra de Dios es testificada por la voz del Padre al llamarlo “Hijo amado”, en quien tiene complacencia
Jesús se mantiene fiel a Dios, de principio a fin, en su ministerio. Se presenta oficialmente en el cumplimiento de su misión a partir del bautismo en agua, previo a un período de preparación con ayuno y oración. Pero esta presentación la hace con voluntad, conocimiento, conciencia y convicción, figura del verdadero arrepentimiento y conversión, requisito de toda persona emprendedora del camino de servicio ministerial, fidelidad a Dios y dispuesta a enfrentar pruebas y adversidades. Jesús requiere ser bautizado en agua, porque conviene ser modelo para las demás personas, cumplir así plenamente la justicia, aunque en su caso no sea un bautismo para perdón de pecados, pero es necesario o conveniente hacerlo igual, para mostrarse como ejemplo, en cumplimiento de toda justicia y obediencia a Dios
2) En el caso del verbo bautizar en tiempo presente: Una vez bautizado Jesús en inmersión en agua, continúa su proceso de servicio a Dios, inclusive de sufrimiento constante por la espera de su arresto, tortura, escarnio y crucifixión. Aunque era obediente e Hijo de Dios, por el padecimiento aprende la obediencia, es perfeccionado por su temor reverente, con ruegos y súplicas de gran clamor y lágrimas
Mateo 26.36 al 46.
Cuando Jesús ora en Getsemaní, comienza a entristecerse y a angustiarse en gran manera, hasta la muerte, ora tres veces al Padre para pasar aquella copa, aunque pide prevalecer la voluntad de su Padre. Luego llega la hora y es entregado en manos de pecadores.
Marcos 14.32 al 42.
Jesús llega a Getsemaní y comienza a entristecerse y a angustiarse, dice estar muy triste hasta la muerte, entonces se postra en tierra y ora a Dios. Dice Abba Padre, todas las cosas son posibles para Dios, solicita apartar esa copa, pero conforme con la voluntad de su Padre. Ora tres veces diciendo las mismas palabras. Finalmente es entregado en manos de pecadores.
Lucas 22.39 al 46.
Jesús va como solía al monte de los Olivos y se aparta de sus discípulos, se pone de rodillas y ora al Padre, solicita pasar aquella copa, aunque la prioridad es hacer prevalecer la voluntad del Padre. Se le aparece un ángel del cielo para fortalecerlo. Al estar en agonía, su oración es más intensa con sudores como grandes gotas de sangre, que caen en la tierra.
3) En el caso del verbo bautizar en tiempo futuro: Juan el Bautista al bautizar menciona al venidero tras él, o sea se refiere a Jesús, el Cordero de Dios redentor del pecado del mundo
El punto es el siguiente: Hay un bautismo de inmersión en Jesús, el mismo es un bautismo representativo de su muerte
Ahora bien, Juan el Bautista es lleno del Espíritu Santo
Por otra parte, posteriormente, los impíos e injustos, van a ser lanzados en el fuego del castigo, o sea en el lago de fuego ardiente con azufre preparado para los pecadores
El proceso del Bautismo es un aprendizaje y demostración de obediencia. El creyente experimenta a plenitud el bautismo como un proceso durante toda su vida cristiana, comparable con el proceso de una vasija al adquirir forma, poco a poco, moldeada por su diseñador y creador. Este proceso se inicia con el llamamiento, el arrepentimiento y la conversión; porque conforme se incrementa el discernimiento del bien y del mal, se abandonan todos los vicios nocivos, especialmente al tomar conciencia, como resultado de la combinación de entendimiento y comportamiento. La persona empieza a demostrar la sabiduría adquirida por medio de acciones liberadoras, o sea, congruente a la libertad en Cristo, por consiguiente, renuncia a sus malos hábitos y costumbres para mejorar su calidad de vida. Luego, con la declaración pública (ante testigos), por medio del acto voluntario y consciente de la inmersión en agua, testifica su convincente decisión de seguir al Señor Jesucristo y obedecer los mandamientos, en cualquier circunstancia.
El proceso de la vasija no termina al finalizar su forma completa, luego se deposita en un horno de fuego para su acabado final y continúa con su vida útil en el tiempo estimado de utilidad. Asimismo, el ser humano es formado como un vaso para honra y Dios es el alfarero
No obstante, también hay vasos de deshonra: Personas que no cumplen a cabalidad el proceso de formación, tal es el caso, registrado en Hechos de los apóstoles, de Simón, un practicante de las artes mágicas, cuando oye el mensaje de salvación se motiva a seguir a quienes predican la palabra de Dios, pero se queda solamente con el llamamiento
El proceso del bautismo de acuerdo con la mediación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, según cada caso tiene una causa y un efecto:
Figura: Causa y efecto del proceso del bautismo según la mediación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es necesario para toda persona reunir las diferentes etapas del proceso del bautismo. En el caso del arrepentimiento, da como resultado la conversión a través de sus frutos. El bautismo de inmersión en agua sugiere la idea de simbolizar la muerte, sepultura y levantamiento en la resurrección de Cristo. Quienes reciben el sello del Espíritu Santo pasan por el fuego de prueba.
Jesús y Pedro hacen mención del proceso del bautismo comparado en la siguiente tabla:
Figura: Comparación del proceso del bautismo visto por Jesús y Pedro.
En Hebreos encontramos la palabra bautismo en plural: “De la doctrina de bautismos...” (Hebreos 6.2). Esta expresión hace referencia a un proceso de varios bautismos, complemento uno con otro. Se completa el proceso como un solo bautismo
1) El bautismo de arrepentimiento de obras muertas y conversión, por medio de la limpieza de la palabra de Dios Padre.
2) El bautismo de inmersión en agua e inmersión en el Señor Jesús, el cual se hace en el nombre de Jesucristo para perdón de pecados.
3) El bautismo del Espíritu Santo y fuego.
El siguiente pasaje se refiere a los tres bautismos (el subrayado es nuestro):
“Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban” (Hechos 19.1 al 6).
Pablo, después de recorrer algunas regiones, llega a la ciudad de Efeso donde encuentra discípulos sin recibir el don del Espíritu Santo. Ellos tienen el llamamiento, arrepentimiento y conversión, por medio de la limpieza en la palabra de Dios Padre, predicado por Juan el Bautista. Estos discípulos no habían sido bautizados en inmersión en agua en el nombre del Señor Jesús. Una vez realizado este bautismo, Pablo impone sus manos en el recibimiento del Espíritu Santo de los nuevos bautizados.
Jesús fue levantado de la tumba por su propio Padre, por esta causa y nombre de Jesús se predica el arrepentimiento y el perdón de los pecados en las naciones
“El Dios de nuestros padres levantó a Jesús,... A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen” (Hechos 5.30 al 32).
Pablo acerca del arrepentimiento para con Dios, de la fe en el Señor Jesucristo y del Espíritu Santo, testifica y empapado del conocimiento de la palabra de Dios, sirve al Señor con toda humildad, no rehúye de anunciar y enseñar, a pesar de las diversas pruebas, prisiones y tribulaciones (el subrayado es nuestro):
“… Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones” (Hechos 20.18 al 23).
El bautismo de arrepentimiento y conversión se logra por medio de volver en sí y recapacitar, como en la parábola del hijo derrochador de sus bienes, perdidamente vive, pero recapacita y es recibido por su padre misericordioso e incondicional, porque este hijo volvió en sí para arrepentirse
Juan el Bautista, hizo el llamamiento al pueblo, predica bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados
Juan bautiza para arrepentimiento
La predicación de Juan el Bautista es de arrepentimiento para perdón de los pecados
También el apóstol Pedro insta al pueblo de Israel al arrepentimiento y conversión para borrado de sus pecados
Para hacer efectivo el bautismo de arrepentimiento no basta con transmitir la predicación a la colectividad, se requiere, individualmente, de personas dispuestas a recibir el conocimiento de la palabra de Dios, para purificación de sus vidas. Según se asimile cada caso, de manera gradualmente, este conocimiento, entonces se manifiesta la sabiduría de cada persona, con el acto del bautismo en agua y la finalidad de testificar públicamente, el reconocimiento y aceptación de seguir a Jesucristo, además de confesar la renuncia completa al pecado para perdón de los mismos. Con respecto a la predicación del bautismo de arrepentimiento, Pablo nos confirma (el subrayado es nuestro):
“… Anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme. Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles” (Hechos 26.19 al 23).
El arrepentimiento inicia previo al bautismo en agua y continúa como un camino de perfección en el conocimiento, constantemente se reconoce y renuncia a faltas cometidas por ignorancia u omisión, conforme llega la luz del conocimiento nuevo, se hace las obras dignas de arrepentimiento en forma continua y permanente, para una mejora constante o lucha por la perfección.
El bautismo de inmersión en agua es el bautismo en el nombre de Jesucristo. Juan el Bautista ejerce el bautismo en agua y menciona a quien viene después de él, o sea, Jesús. Los discípulos de Jesús bautizan en forma contemporánea a Juan el Bautista y sus discípulos
Hay una relación entre los bautismos de inmersión en agua y de inmersión en Jesús o en su muerte. Cuando el candidato a bautismo camina en dirección a un río o pila bautismal, para ser bajado a las aguas, es similar a una marcha fúnebre donde hay testigos presentes. Pablo al referirse a la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, dice: “A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte” (Filipenses 3.10). Ser sumergido en el Señor, implica experimentar plenamente la aflicción de Jesús por luchar contra el pecado, por morir al viejo hombre. En cierta ocasión, los escribas y fariseos piden una señal, Jesús menciona la señal del profeta Jonás dentro del vientre del gran pez por tres días y tres noches
En el caso de la práctica de bautismo en los infantes bebés o niños, por infusión, esto es un bautismo de presentación en la iglesia o comunidad de fe, como sustitución de la circuncisión a los ocho días de nacido, es un bautismo de presentación en el templo, aunque, de todos modos es absolutamente indispensable, el bautismo de inmersión en agua, durante la vida joven o adulta del niño.
La Escritura, cuando menciona al ángel del pacto, lo compara con fuego purificador, y como jabón de lavadores
El profeta Jeremías en su tiempo sufre angustia, escarnio, burlas, afrenta, murmuración y persecución por parte de sus adversarios. Estos pretenden prevalecer contra él y estar a la expectativa para presenciar si el profeta claudica. Entonces, Jeremías confirma cómo Dios prueba a los justos, ve los pensamientos y corazón de quienes encomiendan su causa. En la situación más crítica no quiso hablar más de Dios, ni hablar en su nombre, no obstante, según Jeremías hay en su corazón como un fuego ardiente metido en sus huesos, el cual trata de sufrir y no puede
Está escrito, como ya se mencionó anteriormente: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Salmo 40.8). El profeta Jeremías anuncia que Dios les daría un corazón y un camino, por medio de un pacto eterno recibirían el temor de Dios en sus corazones
El profeta Ezequiel también hace referencia a la promesa de Dios: “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios” (Ezequiel 11.19 al 20). Además menciona: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra” (Ezequiel 36.26 al 27).
Jesús dijo: “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?” (Lucas 12.49). Después de la resurrección le encomienda a sus discípulos esperar la promesa del Padre, para ser bautizados con el Espíritu Santo
La Escritura describe una clase de fuego purificador contrastado con una clase de fuego destructor. Cuando la persona, como principio cristiano da lugar al bien a los demás y aún a los enemigos, se amontonan sobre su cabeza ascuas de fuego
El relato de la creación muestra cómo Dios desde el principio ordena el mundo físico y establece las leyes cósmicas
La época corresponde al tiempo de Moisés, el pueblo de Israel crece en gran número y las leyes se establecen por escrito, entonces surge la necesidad de juzgar los conflictos entre personas. Realizar esta labor únicamente por Moisés, es exhaustivamente cansado y desgastante, debido al exceso de trabajo. Precisamente la problemática se presenta con la falta de distribución del trabajo, delegación de funciones y autoridad en otros
1) Jetro observa las circunstancias.
2) Hace un estudio de la situación y luego cuestiona
3) Moisés expone el método actual de trabajo y responde la entrevista realizada por Jetro
4) El suegro de Moisés establece un diagnóstico y análisis
La solución fue integrar más recurso humano, distribuirlo por grupos de trabajo (delegación de funciones o tareas). Moisés está anuente al cambio para mejorar, se dispone a escuchar el asesoramiento de su suegro, quien le replantea sobre nuevas bases un mejor sistema de trabajo. Jetro le comunica las ideas y una solución
1) En el caso de Moisés: Mostrar el camino, enseñar y delegar en los jueces.
2) En el caso del pueblo: Andar por el camino y obedecer las enseñanzas de Moisés y de los jueces
Moisés sigue el consejo de su suegro y las recomendaciones:
o Da participación a las personas del pueblo en las actividades.
o Nombra personas con ciertos requisitos para ser jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre cien, sobre cincuenta y sobre diez.
Moisés determina implementar el nuevo sistema de trabajo, comunica su decisión al pueblo y a los nuevos jefes de grupos. Además faculta a cada juez en sus funciones por grupos de mil, cien, cincuenta y diez, luego de prepararlos con la capacitación necesaria para el puesto. Con todo esto se emprende lo planeado para lograr el fin propuesto
Hay una coordinación en las siguientes relaciones:
1. Entre cada juez y el grupo de personas en el momento de impartir juicio.
2. Entre cada uno de los jueces.
3. Entre los jueces y Moisés, como equipo de trabajo.
El esfuerzo de cada uno se integra oportunamente y lograr el objetivo común, se establece la diferencia entre los asuntos graves, o sea, más complejos y pequeños, las responsabilidades durante el ejercicio del juicio, la autoridad propia y de cada juez
a. Realizar un juicio justo en cada caso con el dominio de las ordenanzas de Dios y sus leyes.
b. Mayor cantidad de personal disponible para el ejercicio de juez.
c. Menor tiempo de espera en la resolución de los casos.
Los requisitos necesarios del personal para llevar a cabo el trabajo
La cabeza de la iglesia es Jesucristo
Hay un proceso ministerial o secuencia de trabajo entre los grupos ministeriales. Las funciones diversas en los grupos de obreros, determinan un proceso en el cuerpo de Cristo, mediante las especializaciones en los diferentes campos de trabajo. Importante sin discriminación a la mujer, edad o académico:
I. Los evangelistas tienen el primer contacto de presentar el evangelio de Jesús a las personas, tal es el caso de Felipe el evangelista y el etíope
o Los evangelistas proclaman a Cristo resucitado, con palabras de llamamiento, arrepentimiento y conversión. Utilizan las buenas nuevas de salvación por medio de Jesucristo y anuncian un reino de Dios dirigido desde los cielos (reino cotidiano de Dios).
o Además de cautivar la atención de las personas hacia Cristo, enseñan las primeras lecciones de las palabras de Dios, con el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno
o Cada postulante (candidato a ser admitido en la comunidad de fe), acepta plenamente a Cristo el salvador personal, demuestra con toda seriedad y formalidad un verdadero interés de vivir para servir a Dios. El discernimiento y asimilación de lo aprendido, llega a su plenitud cuando testifica con frutos dignos de arrepentimiento y conversión, respaldado por la veracidad, principios, calidad de sus acciones, virtudes y valores.
o El nuevo converso por medio del bautismo en agua, hace una declaración pública de su determinación de seguir la fe de y por Jesús. Después de recibir este bautismo pasa a formar parte de la membresía formal de la iglesia, en el sentido doctrinal, porque en el campo administrativo es miembro cuando se integra a la asociación o congregación.
o Una vez cumplida la labor los evangelistas, entonces proceden a transferir las personas a los maestros para un discipulado doctrinal y valores comunitarios.
II. Los maestros se hacen cargo de los nuevos conversos, imparten una vasta preparación del discipulado doctrinal:
o Adoctrinan, preparan con firmes fundamentos de la palabra de Dios, hasta completar un nivel de aprendizaje y consolidación en los discípulos.
o Los discípulos asisten a todas las actividades generales de la iglesia, y como complemento los maestros les otorgan atención especial y enseñanza por medio del discipulado doctrinal.
o Con un acto solemne en la iglesia, transfieren a los pastores la responsabilidad de velar por el mantenimiento espiritual, de estos nuevos miembros de la iglesia, que han completado su preparación de discipulado.
III. Los pastores hacen la sucesión del cuidado espiritual de quienes han finalizado el discipulado doctrinal. Le dan seguimiento a las necesidades espirituales de las personas, por medio del trabajo pastoral y las pastorales específicas. En el caso de los asuntos materiales proceden así:
o Presentan formalmente a los nuevos miembros de la iglesia con el grupo ministerial de diáconos. Estos últimos quedan a disposición de ayudar en la medida de lo posible, a los nuevos integrantes de la iglesia, en necesidades materiales.
IV. Los diáconos, simultáneamente con los pastores, quedan como responsables de los nuevos miembros. Los pastores en lo espiritual y los diáconos en lo material.
La meta ministerial es hacer de cada uno de sus integrantes un instrumento vital, en la función de trabajo en equipo. Lograr acciones con esfuerzo simultáneo, mediante la evangelización, adoctrinamiento, trabajo pastoral y diaconía, con la supervisión necesaria para el buen cumplimiento de los procesos, en la presentación de Jesucristo como modelo, ejemplo y proveedor de vida.
En relación con el mensaje: palabra de llamamiento, arrepentimiento y conversión, en cierta ocasión el apóstol Pablo expresa lo siguiente: “... ¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Corintios 9.16). En esta exclamación se manifiesta gravedad, cuando no se cumple a cabalidad con la misión de la evangelización. Jesucristo comisiona el hacer discípulos: Enseñar y bautizar
Es indispensable la existencia, función y operatividad del grupo ministerial de evangelistas, constituido en la estructura ministerial de la iglesia
Por diversas razones, circunstancias o situaciones, la recepción de los mensajes en las predicaciones no es captada en un cien por ciento. Es importante dar una asistencia en la instrucción, de forma individual o personalizada, y en grupos pequeños, por lo tanto, a través de estudios bíblicos aclarar las dudas de cada miembro eclesiástico. Por medio de lecciones durante un período establecido, se puede abarcar en forma completa cualquier tema complejo y se logra el tiempo óptimo o más requerido para el aprendizaje. Esta labor compete al grupo ministerial de maestros, para promover un estudio y fundamento sólido en la grey.
Los maestros son los responsables de enseñar con el sistema de estudios bíblicos, impartido de las siguientes maneras:
a. Dentro del auditorio principal, casa de oración o templo, ya sea en forma general o distribuida por grupos.
b. En aulas, si las instalaciones de la iglesia están acondicionadas.
c. En los hogares de cada familia o al reunir varias familias en una misma casa (estudios bíblicos familiares).
Según sea el caso, el grupo ministerial de maestros organiza, planifica y establece programas de estudios bíblicos con horarios, lugares, maestros encargados y suplentes. Además, es el responsable de capacitar a los obreros ministeriales, buena comunicación con el proceso de publicaciones, para la edición del material didáctico impreso, digital o informático en páginas web. Imparte el discipulado doctrinal, una enseñanza más personalizada, llevan el control del avance y nivel de aprendizaje de cada discípulo, para un control adecuado y seguimiento sistemático.
En cuanto al credo, dogma o confesión de fe, el grupo ministerial de maestros son los especialistas en adoctrinar y desarrollar temas profundos. Otros grupos ministeriales, también tienen integrantes con el dominio de la enseñanza, pero a los maestros les corresponde adoctrinar con capacidad y gran preparación demostrada, especialmente como doctores de la ley, doctrinas profundas y otras enseñanzas bíblicas difíciles de entender
Para dar confianza, esperanza y ayudar en los problemas y debilidades de las personas, se requiere reforzar su fe por medio de la convicción. Según la capacidad de recepción y asimilación del mensaje, mediante un proceso de aprendizaje, se aumenta gradualmente el conocimiento del discípulo, con la finalidad de la aceptación y práctica de cada enseñanza. Esto, previo a la transición del nuevo converso al grupo ministerial de pastores, quienes le dan el mantenimiento necesario para perseverar y permanecer en los principios adquiridos.
Los maestros son los encargados del mantenimiento y operación de los sitios o páginas web, redes sociales, presentaciones, material didáctico y libros digitales, sistemas informáticos de control y seguimiento del avance de aprendizaje del discipulado.
Los pastores tienen una función de administración, especial y específica de la mayordomía, en el área espiritual, con el cuidado y dirección de las personas. Apacientan la iglesia del Señor
Un pasaje de las Escrituras menciona tener por dignos de doble honor, a los ancianos con un buen gobierno, mayormente a los predicadores y docentes
Entre las funciones de pastoreo en el campo están la visitación y ayuda a los enfermos
También cuando se comprende y estimula a los adultos mayores, a vivir plenamente la etapa de la vejez, disfrutar la vida con alegría por su utilidad, en la sabiduría y conocimiento de provecho para los más jóvenes. Al dirigir actividades de alabanza y oración por las casas. Acompañar en el dolor a los sufrientes porque padecen o tienen familiares con enfermedad terminal y crónica (SIDA, cáncer y leucemia), y otros problemas de salud. Orientar a jóvenes pandilleros o a quienes están en prostitución, implementar ideas de trabajo pastoral con apoyo de las familias, base de la iglesia y de la sociedad. Dar servicio social, material y espiritual, donde haya pobreza y necesidad, con énfasis en los lugares y barrios marginados. Los grupos ministeriales requieren trabajar siempre en equipo y dejar de lado el individualismo, sin intereses mezquinos o proselitistas, para una recuperación, restauración e integración a la sociedad, sin ningún tipo de discriminación.
En Ezequiel 34.1 al 22, Dios habla en contra de los pastores negligentes, porque descuidan el trabajo de campo:
“... Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia...”
Tal como se describe en este pasaje se presentan las siguientes similitudes:
1) Cuando los pastores sirven únicamente por el interés de recibir un salario o por recibir reconocimiento y exaltación, no se ubican en el nivel de la vida de Cristo; al contrario viven en lucro, opulencia y vanidad, sin prestar con el cuidado, un servicio de corazón, voluntad, vocación, amor a Dios, responsabilidad social y de práctica de los valores comunitarios.
2) Cuando actúan con indiferencia a las necesidades del campo o con negligencia, porque se conforman sólo con fungir desde un púlpito, altar o dentro del local.
El obrero es digno de su salario y la iglesia tiene la responsabilidad de proveer para su mantenimiento, pero Jesús advierte de quienes sirven sólo por un salario, sin dar la importancia al bienestar de las ovejas, buscan un cargo para lucrar, de manera que desempeñan una labor sin consentimiento del Señor (la puerta de las ovejas y el buen pastor)
Los diáconos son los responsables y encargados de lo material, inclusive servir en las mesas. La labor en lo material es amplia, como diaconía, mayordomía, por ejemplo, la ayuda a huérfanos y viudas. Es fundamental la buena coordinación entre el diaconado y el grupo ministerial de pastores, para conocer y solventar todas las necesidades materiales. Pueden solicitar el asesoramiento de los pastores, para determinar las urgencias y prioridades, según las necesidades diarias, tanto las planificadas como las imprevistas.
En cuanto a la atención a las viudas de la iglesia sin pensión, el grupo ministerial de diáconos, es el responsable y encargado de velar, porque se cubra en la medida de lo posible, esta necesidad, principalmente con aquella viuda que tiene verdadera urgencia. Algunas de las viudas pueden ser sostenidas por familiares creyentes, de esta forma la iglesia puede disponer de lo suficiente para ayudar a las viudas solas y desamparadas. Las mujeres viudas son las diligentes en súplicas, oraciones, de buen testimonio y mayores de sesenta años, según se menciona en la primera carta a Timoteo
Otro caso similar se presenta, con los adultos mayores de sesenta años, que tienen dificultad de sobrevivir con sus gastos diarios, porque no reciben pensión o tienen una pensión muy baja. También, por causa de su vejez, de invalidez o dificultad para trabajar y recibir un ingreso adicional, aún cuando, en algunos casos, tienen hijos inconscientes porque no ayudan.
En el caso de los huérfanos, se trata de niños o adolescentes (menores de edad), con ausencia de padres, ya sea porque han fallecido, debido a desconocimiento de la identidad o abandono de los mismos. Al no tener la edad suficiente o estar en proceso de terminar sus estudios, son personas en espera de alcanzar su independencia laboral y económica, porque de momento no tienen la capacidad para subsistir por sí mismos y necesitan la ayuda para sobrevivir.
La administración eclesiástica, de bienes y servicios, está a cargo del grupo ministerial de diáconos en conjunto con el grupo organizado para asuntos materiales y consejo administrativo local. Integran parte del concepto de mayordomía y como grupos de trabajo cumplen su función al servicio de Jesucristo, el Señor de la casa de Dios
Las funciones de mayordomía en lo material están vinculadas al cuidado de los activos, contabilidad, finanzas, inventarios y tareas de la cocina. Se requiere dedicación, respeto y cuidado de las instalaciones, sus mobiliarios, utensilios y su mantenimiento. Esto implica todas las actividades en las cuales se evidencia el servicio a Dios en lo material, compra, suministro y preparación de alimentos, material de aseo, limpieza en general y en las actividades, lo necesario para cualquier trabajo eclesial, prevenir la escasez mediante planes de contingencia con soluciones de ahorro y distribución justa.
El trabajo ministerial evangelístico, se organiza en función de despertar la atención y afecto de las personas hacia Cristo, inspirado en anunciar el reino de Dios, las buenas nuevas de paz y de salvación. Sí hay capacidad en el evangelista, puede fungir al mismo tiempo con las labores de diácono, como lo hizo Felipe
Un diácono puede, al mismo tiempo, ser un evangelista como el caso de Esteban
Los cargos locales de pastoreo y diaconado no son compatibles en una misma persona, bíblicamente se establece la diferencia de labores, en relación con la función del servicio a las mesas, atención de la distribución diaria y el no descuidar a las viudas, mientras otros persisten en la oración y en el ministerio de la palabra. Particularmente, el diácono no está en obligación de enseñar, salvo el diácono - evangelista, por las funciones propias del evangelismo en lo relativo a la enseñanza y promulgación del evangelio de Jesucristo, sin embargo, quién se desempeña sólo como diácono, puede enseñar acerca de su especialidad, según su capacidad para exponer, cualquier tema en relación con el diaconado. Por otra parte, en algunos casos hay un doble desempeño en la labor de maestro, colaborador como pastor y viceversa, pastor colaborador como maestro, según su capacidad de pertenecer a ambos grupos. Por lo tanto, los desempeños en la labor de maestros y pastores son compatibles entre sí, pero son incompatibles con las funciones de evangelistas y diáconos.
Los apóstoles supervisan la armonía doctrinal y de confraternidad, tanto local como regional, monitorea la condición de la membresía por medio de recorridos en las diferentes localidades
El grupo de apóstoles desempeñan las siguientes funciones, con su respectiva especialización: Las finanzas, misiones y publicaciones, se toma como ejemplo el desempeño del apóstol Pablo y de la escuela paulina, en la labor misionera y su aporte documentado por medio de las cartas
Aunque el apóstol Pablo haya sobresalido de gran forma, su autoridad como apóstol, está en el nivel de los demás misioneros, en obligaciones y derechos no es inferior
Por motivo de los viajes se requiere financiamiento para la obra misionera. Es necesaria la colaboración de cada iglesia local en este sentido, con el fin de cumplir a cabalidad la función del apostolado y la supervisión. Una vez conscientes de su importancia, se recauda y aportan los recursos económicos, necesarios para el desempeño de los apóstoles en esta labor. Este financiamiento lo defiende muy bien Pablo, en 1 Corintios 9.1 al 19, cuando se refiere a los derechos de un apóstol: “... ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?... ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?... Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio...” La ayuda de cada localidad beneficia toda la región, con las visitas y recorridos en la supervisión de los apóstoles. Son observadores permanentes para el cumplimiento de la predicación, práctica de sana enseñanza
La función profética es fundamental en el nuevo pacto dentro de la estructura de trabajo ministerial
El profeta Ezequiel es advertido, de la responsabilidad de la muerte del impío a causa del pecado, si no le amonesta y habla en contra de su mal camino
La predicación de Juan, el bautista, fue contra el pecado, como un profeta con autoridad de Dios, aunque le significara ser apresado y muerto. El profeta denuncia las injusticias cometidas por el pueblo o contra el pueblo, así Juan predica en favor del arrepentimiento al decir en la palabra:
“... Predicando… y diciendo: Arrepentíos… Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían… ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,... y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego” (Mateo 3.1 al 10).
La labor de Juan el Bautista, a manera de un profeta – evangelista, fue traer el mensaje de llamamiento, arrepentimiento y conversión. Anuncia con exhortaciones, las buenas nuevas al pueblo
El profeta Moisés menciona del envío, por parte de Dios, de otro profeta como él. Si no se oye la palabra de Dios a través de dicho profeta, entonces se le pide cuentas a la tal persona rebelde
Un profeta no puede desvirtuar la palabra de Dios. En el primer pacto había una compañía de profetas
Los profetas de la iglesia utilizan Las Sagradas Escrituras y se especializan en el campo de la profecía bíblica, así como los maestros desarrollan y profundizan el tema de la ley. Estos profetas utilizan como fuente profética las Sagradas Escrituras, porque es la palabra profética más segura e inspirada por el Espíritu Santo
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” (1 Pedro 4.10 al 11).
Es indispensable dar a conocer la profecía bíblica para apercibir al pueblo de Dios, sin profecía el pueblo se desenfrena
El profeta actual se pronuncia en nombre de Dios, en armonía con su palabra escrita y congruente con el mensaje de los profetas bíblicos, en comunión con la ley de Dios y la profecía. En su vida refleja absoluta fidelidad a Dios, fundamentado en los apóstoles y profetas, con Jesucristo como principal piedra del ángulo de la edificación
Según
En la comunidad de Corinto se altera la liturgia, por causa de quienes participan desordenadamente al hablar en lenguas y al profetizar, algunos interrumpen al preguntar o conversar acerca de la revelación e interpretación de las lenguas, otros pretenden sobresalir como profetas o profetizas sobre el resto de la membresía, creando un abuso en las participaciones colectivas.
Pablo insta a hacer todo decentemente y con orden
Pablo menciona no menospreciar las profecías, pero recomienda examinar todo y retener lo bueno
La profecía no es para presumir de posición privilegiada, ante Dios o la iglesia, por pretender santificación, consagración o espiritualidad. ¿Qué pasa si la visión o sueño, fue por una sugestión de la mente, influenciada por fenómenos naturales, problemas de salud, drogas implícitas en los medicamentos, ignorancia de la palabra de Dios, por causas como la fascinación (engaño o alucinación), obsesión (algunos por síntomas de neurosis depresiva), por ofuscación (que es entenebrecer la razón y confundir las ideas), por persuasión (tratar de convencer o influenciar), por perturbación (sin paz ni tranquilidad), histeria, problemas de psicosis o insomnio? Es peligroso utilizar la profecía, en los casos de fundamentar una doctrina de la iglesia, contradictoria al sentido general de las Sagradas Escrituras, sin edificación o para justificar la maldad o pecado.
En la ciudad de Filipos, se reunieron algunas mujeres junto al río, en el lugar donde suelen orar; primeramente se observa cómo entre ellas se distingue una mujer con el nombre de Lidia, vendedora de púrpura, adoradora de Dios y atenta a la enseñanza de Pablo. El Señor abre el entendimiento de ella y es bautizada con su familia, por haber sido encontrada fiel al Señor
En el pasado hubo profetisas o sacerdotisas de dioses falsos, algunas entregadas a la fornicación, como un ritual religioso, luego llegan al cristianismo con la presunción de mantener el liderazgo y tomar autoridad sobre el rumbo de la iglesia. Esta es una de las razones, para regular su participación como profetisas, a partir de la iglesia de Corinto. En el Apocalipsis se menciona el caso de la iglesia en Tiatira, donde hay adversidad contra Dios por medio de una mujer llamada Jezabel, se dice supuestamente ser profetisa, pero enseña e induce a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos
La interpretación del don de profecía, se encuentra bajo el control de los profetas, en este sentido a las mujeres, inclusive las profetisas, se les ordena consultar en casa a sus maridos
Cada profecía recibida es examinada y comparada con las Sagradas Escrituras, como referencia, pues está escrito: “Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz…” (1 Corintios 14.32 al 33). Pablo, a pesar de estar condicionado dentro de una cultura con raíces patriarcales, la cual considera al sexo masculino superior al femenino, actualmente denominado con el nombre de machismo, regula en relación con la profecía, tanto a las mujeres como a los varones por igual y sin marginación.
La precaución específica para la mujer en
Pablo les pregunta a las mujeres, si acaso de ellas se ha iniciado el mensaje de la palabra o sólo a ellas ha llegado este mensaje
“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes” (Lucas 8.1 al 3).
Tal y como se menciona en el párrafo anterior, la mujer tiene participación en el ministerio de Jesús, fundador de la comunidad de fe, por consiguiente, promotor de los valores comunitarios. En todo caso, la organización e institucionalización de esta comunidad, como iglesia y sus normas respectivas, no justifican la discriminación de la mujer, en la labor de servicio ministerial. Aunque en la formación de la iglesia, por desordenes litúrgicos se establecen regulaciones, esto no autoriza excluir o marginar a la mujer en la participación general del trabajo eclesiástico y grupos ministeriales, menos marginarla en impartir la enseñanza, liderar, oficiar en las actividades, clases, liturgias, ceremonias o celebraciones eclesiásticas.
Pablo le recuerda a la mujer tomar en cuenta al varón, como mensajero de Dios, porque el varón es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza del varón y Dios Padre la cabeza de Cristo
“Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios” (1 Corintios 11.8 al 12).
Cabe destacar la expresión del párrafo anterior: “Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles”. En el contexto del pasaje, se analiza la acción de orar y de profetizar y la regulación al respecto, donde se requiere que la mujer se cubra la cabeza y el varón se descubra, de lo contrario la mujer afrenta al varón y este último a Cristo: “Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza...” (1 Corintios 11.4 al 5). Debido a los mensajeros de Dios, en este caso los profetas, la mujer se cubre la cabeza sólo para orar y profetizar, como señal de respeto a la autoridad del mensaje profético, delegado por Dios.
La mujer a pesar de ser un vaso o instrumento profético, el cubrirse la cabeza es un recordatorio para ella, en el sentido de no precipitarse a tomar la dirección, e interpretación en forma privada, sino callar en la congregación
En cuanto a cubrirse o descubrirse la cabeza, únicamente para orar y profetizar, según corresponda, y no en todo el acto litúrgico, si alguien quiere omitir o discutir este orden, según
También en las Sagradas Escrituras se menciona la expresión del marido como cabeza de su esposa
La mujer desempeña un papel muy importante en el trabajo ministerial. Su participación en los grupos ministeriales y de apoyo es muy valiosa en igualdad de condiciones al varón. Realiza funciones dentro del campo evangelístico, pastoral y de diaconía como se relata en
Las profetisas se mencionan en
La discriminación hacia la mujer no procede de Dios, procede de la misma cultura propia del varón, que es transmitida por generaciones y condicionada en su favor. El varón ha tenido tendencias dictatoriales, prepotentes, impositivas, dominio, gobierno y superioridad. El pasaje de
A lo anterior se suma
La mujer tiene la distinción más grande de los seres humanos, el privilegio de ser madre, el dar a luz es un acto de mucho riesgo, la mujer con riquezas y la mujer pobre están en igualdad de condiciones, cuando dan a luz, tanto una como la otra corren riesgos, inclusive de perder la vida, pero su vida será preservada y se salva en cada parto; ni la muerte puede arrebatar su fe, amor, santificación y modestia
Entre los requisitos bíblicos de las mujeres está: “Sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad” (1 Timoteo 2.10). Las diaconizas o mujeres diáconos: “… Honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo” (1 Timoteo 3.11).
La expresión de María, al decir “he aquí la sierva del Señor” (Lucas 1.38), connota ferviente servicio y obediencia a Dios. Es un ejemplo inspirador para la mujer actual. Dedica su vida con toda disposición e interés en el servicio al Señor, con prontitud cumple la voluntad de Dios, de una forma firme y segura. Por causa de su fidelidad, Dios favorece y bendice su vida. María demuestra virtudes muy valiosas, como la comunión, devoción, consagración y santificación, testimonio para las mujeres de hoy. Muchas cualidades descritas en la Biblia acerca de María, son necesarias en cualquier mujer para servir a Cristo, especialmente, el amor a Dios y al prójimo. Así como las mujeres de la época de Jesús, inclusive con sus bienes le sirven
María presencia la aparición de un ángel llamado Gabriel
En conformidad con los propósitos de Dios, encontramos, durante el primer pacto, muchos testimonios de mujeres en labores de servicio a Dios y al pueblo, por ejemplo, Débora fue una mujer usada por Dios como profetisa y gobierna durante un tiempo a Israel como juez. Dios la utiliza para darle dirección a Barac al juntar a diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón, para pelear contra Sísara, capitán del ejército del rey Jabín de Canaán. También en este tiempo, por mano de otra mujer llamada Jael, dio muerte a Sísara por voluntad de Dios y en cumplimiento de una profecía mencionada por Débora
Una mujer muy especial es Agar, a quien le habló el ángel de Dios desde el cielo y Dios le proveyó agua en el desierto, para que no muriera junto con su hijo Ismael, de quien Dios hace una gran nación
A una mujer estéril conocida como Ana, Dios le concede la petición de tener un hijo llamado Samuel, el mismo es dedicado delante de Jehová y ministra junto al sacerdote Elí. Este Samuel llega a ser un gran siervo de Dios como profeta. Tiempo antes, a Sara de edad avanzada y estéril, Dios le concede un hijo llamado Isaac, uno de los patriarcas juntamente con Abraham su padre y Jacob su hijo, recibe fuerzas para concebir y dar a luz fuera de la edad, por haber tenido fe en la fidelidad de Dios, según la promesa
En el nuevo pacto, a la mujer se le reconoce un lugar dentro de la comunidad de fe, porque Jesús rompe con los estereotipos de su época, confirmado cuando habla con una mujer samaritana, inclusive sus discípulos se maravillan
Muchas alcanzan arrepentimiento y conversión